Una avería en el pantógrafo de un tren volvió ayer domingo a desesperar a los viajeros a escasos metros de la estación de Rosa Manzano. En esta ocasión, las víctimas directas fueron los cerca de 300 pasajeros de un Alvia procedente de Barcelona (con destino a Vigo), que tuvieron que soportar una espera de cuatro horas hasta que el convoy se pudo volver a poner en marcha.
Si no fuera porque algunos viajeros lo estaban pasando verdaderamente mal, bien se podría decir que la escena junto al intercambiador era digna de una película de Berlanga. El problema fue que no todo el pasaje lo formaban jóvenes veinteañeros que podían estar viviendo una anécdota que incluso para alguno de ellos podría ser divertida. También había en el tren bebés, personas de edad avanzada e incluso una de ellas que precisaba oxígeno y que no podía obtenerlo de un tren que se había quedado sin energía fruto del fallo de suministro del pantógrafo. Finalmente, según relataron algunos viajeros, pudieron darle soporte en un módulo situado junto al cambiador..
La joven estación de Burgos suma una nueva incidencia a su largo historial de retrasos, averías y goteras. - Foto: Patricia(Más información, en la edición impresa de este lunes de Diario de Burgos o aquí)