La selección española femenina de balonmano no falló y certificó su clasificación para el Mundial de Dinamarca, Noruega y Suecia 2023, al imponerse este miércoles por 26-24 a Austria, en un encuentro de vuelta en el que a las "Guerreras" sólo les valía ganar tras empatar (28-28) el choque de ida.

Un triunfo en el que jugó un papel fundamental la central Silvia Arderius, una jugadora diferente a cualquier otra, que con sus goles y asistencia solventó los problemas ofensivos de un conjunto español que se marchó al descanso por detrás en el marcador (11-12).

La magia de Arderius lleva a las 'Guerreras' al Mundial

Desventaja que las de José Ignacio Prades lograron enjugar en una segunda parte en la que el conjunto austriaco puso a prueba con los hasta tres goles de ventaja (11-14) con los que llegó a contar al fortaleza mental de unas "Guerreras" que no sólo se aseguraron su presencia en su octavo Mundial consecutivo, sino mantener vivas sus opciones de disputar los Juegos Olímpicos de París.

La magia de Arderius lleva a las 'Guerreras' al Mundial - Foto: Daniel PérezUn doble objetivo que se antojaba nada sencillo tras el dubitativo arranque de un conjunto español que pareció seguir anclado todavía en la gris segunda parte que protagonizó el pasado sábado, volviendo a incurrir en los mismos problemas ofensivos que ya le privaron de la victoria (28-28) en Austria.

De poco le valió en esta ocasión a las "Guerreras" la presencia en ataque de dos centrales, ya que ni Alicia Fernández, ni Carmen Campos lograron dotar al juego ofensivo de la velocidad y fluidez necesaria para hacer llegar en ventaja el balón a las extremos y pivotes.

Circunstancia que condenó al equipo español a tener que buscar, más de lo recomendado, el camino hacia el gol por la zona central de la defensa austríaca donde las centroeuropeas hicieron valer su kilos y centímetros.

Tal y como demostró el más que inquietante 6-8 que figuraba a los diecinueve minutos en el marcador a favor de una selección austriaca que siempre encontró en os latigazos de la lateral Katatina Pandza, autora de cuatro tantos en el primer tiempo, la fórmula para superar a al defensa española.

Un resultado que obligó a Prades a buscar soluciones tanto en defensa, donde apostó por una defensa 5-1 con la presencia de Alexandrina Barbosa en el puesto de avanzada, como en ataque, donde otorgó la dirección del juego español a la central Silvia Arderius.

Dos cambios que no tardaron en dar resultado, ya que si la intensidad de "Shandy" Barbosa pareció contagiar al resto de la defensa española, en ataque el talento de Arderius, una jugadora diferente, solventó los problemas de la selección, que con un parcial de 3-0 dio la vuelta al tanteador (11-10).

Pero ni así lograron las "Guerreras" descolgar a un equipo austríaco, que aferrado a las paradas de Petra Blazek, que ya fue clave en el encuentro de ida, que no sólo volvió a igualar la contienda, sino que se marchó al descanso en ventaja (11-12) con cañonazo final, como no, de Katarina Pandza.

Un anticipo de lo que ocurrió en el inicio del segundo período en el que Austria se situó con una renta de tres tantos (11-14) aprovechando los casi cinco minutos que la selección española acumuló sin marcar.

Resultado que puso a prueba la fortaleza mental de unas "Guerreras", que no sólo se jugaban su presencia en una cita mundialista a la que España no falta desde el año 2007, sino también mantener vivas sus opciones de participar en los Juegos Olímpicos de París.

No pudo ser mejor la respuesta de las jugadoras españolas que aferradas a la defensa y las paradas de Merche Castellanos lograron devolver las tablas al marcador (14-14).

Una reacción a la que las de José Ignacio Prades no pudieron dar continuidad, incapaces de contener a las laterales Patricia Kovas y Johanna Reichert, que tomó el relevo en la faceta goleadora en la segunda mitad a Katarina Pandza

De hecho, un gol de la joven lateral del Thüringer alemán situó de nuevo a Austria con una ventaja de dos goles (15-17), que puso contra las cuerdas a un equipo español.

Pero entonces surgió la figura de la central Silvia Arderius, una jugadora con una visión de juego e imaginación que la hacen diferente a las demás, que con sus goles -cuatro- y asistencias permitió a España dar por completo la vuelta (21-19) al encuentro a poco más de diez minutos para la conclusión.

Un tiempo en el que otra "bajita" maravillosa, Esther Arrojeria, tomó el relevo a una Silvia Arderius, a la que se le agotó el físico, con sus goles y penetraciones que dejaron resuelta la eliminatoria (25-21) para el equipo español, que supo manejar con oficio el intento de reacción final del conjunto austriaco.