Después de semanas sin apenas contacto con la Administración regional los hosteleros se reunían ayer con el vicepresidente de la Junta, Francisco Igea, para hablar sobre el futuro inmediato del sector, sobre todo de la posible reapertura el día 4 de diciembre, cuando expira la clausura de dos semanas decretada la semana pasada. La conversación no dio razones al presidente de la Federación Provincial para ser optimista, más bien al contrario. El Gobierno regional no descartó de plano el reinicio de la actividad en el puente, pero puso sobre la mesa unas cifras que «serán muy difíciles de conseguir».

La Junta empezará a estudiar el día 3 la reapertura con restricciones siempre que la incidencia semanal baje de los 400 contagios por cada 100.000 habitantes, «unos números que serán difíciles de alcanzar en los próximos diez días en Burgos», según Fernando de la Varga. De modo que las condiciones que impone la Junta hacen prever a los hosteleros de Burgos que en el puente de diciembre también permanecerán cerrados, pues la incidencia  en los últimos siete días en la provincia se sitúa en los 580 infectados (ver más información en página 35 de esta edición). De la conversación, dedujeron que el Gobierno regional podrá decretar la vuelta a la actividad por territorios y en función de las cifras. Eso sí, advirtió De la Varga, durante el puente continuará el confinamiento perimetral de la región y «es posible que de algunas provincias o ciudades». El presidente de los hosteleros concluyó la reunión con un sentimiento de «decepción y de fracaso», puesto que no se dio una fecha clara sobre cuándo podrán reabrir los hosteleros, y éstos tienen que saber con antelación suficiente cuándo volverán a la actividad, «para hacer pedidos, desactivar ERTEs, etc».

(Más información, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)