La limpieza del botellón mejora, la inseguridad se perpetúa

ARSENIO BESGA / Miranda
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Los operarios eliminan la basura todos los domingos a primera hora en Miranda. Sin embargo, en zonas como La Arboleda o la Torre piden más medidas porque sufren hasta «fogatas en zonas privadas» y vandalismo

A la izquierda, los bancos de La Arboleda, que amanecen repletos de basura. A la derecha, la pintada que realizaba una chica a la que sorprendieron en la Torre de Miranda. - Foto: DB A.B.

Los operarios de la empresa que gestiona la limpieza viaria en Miranda han comenzado a acudir «todos los domingos a las nueve de la mañana a las zonas de botellón» para eliminar la basura que dejan los jóvenes durante el fin de semana. Así lo explica la edil de Medioambiente, María Cueva, quien relata que en la actualidad ni el área de La Picota ni el embarcadero están generando tantos problemas como antaño, pero aún se ven este tipo de concentraciones en puntos como La Arboleda y el paseo del Ebro a la altura del puente de Carlos III, u otros tan céntricos como la calle Máquina de Vapor o la Torre, en la que esta Concejalía no puede intervenir al tratarse de un terreno privado de uso público.

El cambio en el departamento de Medioambiente ha servido para mejorar el aspecto de estas zonas, sin embargo, la falta de seguridad no ha terminado. De hecho, tiende a perpetuarse. Los vecinos de La Arboleda explican que «las latas, envases o cristales rotos, que suponen un riesgo para quienes pasean por aquí, tienen que recogerse, pero no es suficiente». Estos mirandeses, que en muchos casos «son gente mayor o dependiente», lidian durante los fines de semana con «chavales tirados en la carretera, árboles rotos o gente que se mete en la zona donde viven estas personas, lo que les genera una sensación de inseguridad terrible».

En La Arboleda tienen claro que hace falta dar un giro a la situación y declaran que «hay que controlarlo porque los chavales han hecho incluso fogatas dentro de las zonas verdes, pero también en las zonas privadas, o han entrado hasta las escaleras de las casas a beber, fumar o hablar a voces». Estos vecinos insisten una y otra vez en que sienten «inseguridad», aunque no son los únicos. En la Torre de Miranda comentan que «la seguridad, directamente, brilla por su ausencia» y dicen que lo llevan «sufriendo desde hace mucho tiempo».

Jóvenes que aparentemente ni superan los 15 años suelen acudir «sobre todo por las tardes para hacer trapicheos y ponerse doblados» dentro de los terrenos de la Torre. Los vecinos realizan esa descripción y van más allá, pues explican que también «hacen pintadas todos los días». Los residentes en esta comunidad del centro de Miranda recuerdan, a modo de ejemplo, que «sin ir más lejos, hace una semana a las siete de la tarde pillaron a una chavala pintando una pared». Según creen, este es un síntoma más de que a los adolescentes que acuden a esas reuniones ilegales «les da igual todo».

Estos mirandeses cuentan que  el Ayuntamiento tiene constancia de su malestar, aunque «no toma medidas». Algo similar apuntan en La Arboleda. Allí declaran que han llamado en innumerables ocasiones a la Policía Local cuando los jóvenes invaden sus propiedades, sin embargo, «el problema es que la mayoría de las veces dicen que no tienen efectivos para venir, literalmente». Eso sí, en esta zona situada a orillas del Ebro consideran que no bastaría tampoco con mejorar la actuación en materia de Seguridad Ciudadana, dado que creen que «el tema del botellón tiene muchos componentes» y reclaman que se apueste por «una alternativa de ocio saludable» porque «no es suficiente con hacer la parte más visible, que es la limpieza, sino que hay que hacer cosas para encarar todo lo demás».