El himno de Antonio José que recordaba Gaspar

A.C. / Quecedo de Valdivielso
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El Ayuntamiento de la Merindad de Valdivielso declara oficial el himno que en 1930 compuso el reconocido músico burgalés sobre la base de tres canciones populares del municipio

Imagen de Gaspar Gómez San Martín con el alcalde de Valdivielso, Jokin Garmilla, tomada en 2016 en Quecedo. - Foto: A.C.

Gaspar Gómez San Martín, Gasparín o el Gran Gaspar, el cantarín de Valdivielso, murió en enero de 2020 a punto de cumplir 102 años. Su facilidad para recordar canciones populares valdivielsanas le llevaba a cantar a quien deseara escucharle en Quecedo y, como no, en Radio Valdivielso. A su ahora alcalde y entonces solo director de la emisora, Jokin Garmilla, le cantó hace muchos años el Himno de Valdivielso que en 1930 había compuesto el reconocido músico burgalés Antonio José cuando él solo era un niño. Entonces, Garmilla desconocía la autoría de la canción y que se tratase del himno del municipio, pero años más tarde supo de sus orígenes y de como había sido un encargo que el Ayuntamiento realizó al músico, compositor y folclorista fusilado y enterrado en la fosa común de Estépar en 1936, truncando una vida y una obra que hubiera podido ser magnífica tras haber obtenido en 1932 el Premio Nacional de Música.

El último pleno del Ayuntamiento de la Merindad de Valdivielso acordó declarar el himno de Antonio José con letra del padre Gaspar González Pintado, como el oficial del municipio, donde ha convivido con varios populares. Era una forma de «declarar el orgullo y el privilegio de que uno de los grandes músicos del siglo pasado compusiera el Himno a Valdivielso», que Antonio José compuso inspirándose en tres canciones populares del municipio que había recogido en Quecedo, precisamente el pueblo de Gaspar. En su Colección de cantos populares burgaleses son las canciones 119, 120 y 134, la de la danza del gallo, que se sigue bailando cada Carnaval en El Almiñé; el canto de bodas Levántate niña; y un agudo a lo ligero que cantó María Socorro Sedano.

En 1930, el Ayuntamiento de la Merindad publicaba Apuntes descriptivos, históricos y arqueológicos de la Merindad de Valdivielso y en este libro se incluía la composición del Himno a Valdivielso de Antonio José. Pero fue la memoria de los vecinos la que lo conservó vivo. El propio Gaspar también descubrió las notas del himno al musicólogo Gonzalo Pérez Trascasa, del grupo Yesca Canción Tradicional, a quien se lo cantó después de que pronunciara el pregón en la Fiesta Valdivielso de 2015.

Ahí fue cuando el folclorista escuchó por primera vez la creación de Antonio José que Yesca acaba de grabar, como prometió el pasado verano tras su actuación en Toba de Valdivielso. Con esa versión de Yesca, la que Gaspar dejó grabada en los estudios de Radio Valdivielso, un himno popular interpretado por el Coro de Valdivielso y algunos otros himnos populares interpretados por vecinos, el Ayuntamiento prepara la grabación de un CD que regalará a los vecinos.

El himno ha tardado en ser oficial, pero es que antes el alcalde deseaba mostrar a los valdivielsanos quien fue el músico y el hombre a través del documental Antonio José. Pavana triste. Primero la pandemia y después, la nieve u otras incidencias, obligaron a posponer hasta en tres ocasiones la proyección que finalmente se llevó a cabo en Condado en noviembre con la presencia de su director, Gregorio Méndez, y su guionista Sergi Gras.

Las pesetas. Del trabajo que en su día le encargó el Ayuntamiento Valdivielso a Antonio José también quedan algunas anécdotas conservadas gracias a las cartas que el músico envió en agosto, septiembre y octubre de 1930 a Luciano Huidobro Serna, quien era presidente de la Comisión Provincial de Monumentos Históricos y Artísticos, académico de la Institución Fernán González y quien fue el primer Cronista Oficial de la Provincia. Las cartas recogidas en la segunda edición de la biografía de Antonio José En tinta roja, llegaron a Huidobro, como mediador entre el compositor y el Ayuntamiento.

En ellas le mostraba el disgusto que tenía por el escaso pago recibido. Antes justo de enviar a imprenta la edición de 500 libretos del himno le preguntaba quién le iba a pagar y quién iba a hacerse cargo de los gastos de impresión, que subían a entre «200 y 250 pesetas». El Consistorio le hizo un envío poco después de solo 100 pesetas. Y Antonio José, que esperaba no menos de 500 le decía a Huidobro: «¿El Ayuntamiento de Valdivielso cree que cobro lo mismo que un dulzainero? Si hubiera sospechado el pago, ni una nota estaría ahora escrita, o lo hubiera regalado antes de cobrar esa cantidad... Lástima que la partitura estuviera ya en imprenta». El pago ya es imposible, pero si se puede resarcir al músico reconociendo su legado, como ha hecho el Ayuntamiento.