Un empleo más estable no evita la fuga de 7.000 burgaleses

G. ARCE
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El primer año de reforma laboral permite que tres cuartas partes de los trabajadores operen a jornada completa y se disparen un 236% los contratos indefinidos, pero la provincia no genera oportunidades para jóvenes y sufre déficit de profesionales

La carencia de mano de obra cualificada y la falta de oportunidades laborales siguen siendo los males del mercado de trabajo en Burgos. - Foto: Luis López Araico

El primer año de la reforma laboral ha sido muy favorable para la estabilidad en el empleo en Burgos: ha bajado el número de contratos (un 3,86% menos que en 2021), pero el número de personas contratadas ha aumentado un 5,67%. Pese a las mejoras evidentes, el cambio en el mercado de trabajo no ha influido en los grandes problemas presentes y futuros que afronta la provincia: la fuga de trabajadores y la falta de atractivo laboral para captar una mano de obra cualificada, que escasea en casi todos los sectores.

Hoy, entre indefinidos y temporales, cerca de 110.000 burgaleses ya trabajan a jornada completa, pero aún hay más de 7.000 personas que tienen que abandonar la provincia cada año para trabajar, que se suma a las que salen para formarse y no regresan.

Hace ahora un año, entraba en vigor un cambio en la normativa laboral que consolidaba el contrato indefinido para intentar mermar la alta tasa de temporalidad y precariedad en el mercado laboral. Pese a las críticas y las incertidumbres que generaba este cambio, especialmente en el ámbito empresarial, la economía ha seguido su curso y cada mes se han firmado una media de 10.150 contratos en la provincia.

De hecho, 2022 culminó con un total de 121.888 contratos, de los cuales el 32% fueron indefinidos. En cifras absolutas, se firmaron 38.876 de estos últimos, incluyendo transformaciones de contratos de duración determinada en indefinidos, lo que supuso un crecimiento interanual único e histórico: del 236,94%.

Los contratos fijos-discontinuos, la fórmula más utilizada tras el cambio normativo, se han multiplicado por 16. Muchos de los mismos han sido utilizados por las empresas de trabajo temporal (ETT) en actividades estacionales o de temporada y por contratas y subcontratas.

Fruto de todo ello, la tasa de temporalidad en la provincia se ha desplomado 23 puntos con respecto al periodo previo a la reforma laboral. Eso supone, entre otras mejoras, que el número de contratos encadenados a una misma persona, uno de los grandes males del mercado laboral hasta la entrada en vigor del Real Decreto-ley 32/2021, empieza a ser historia.

En sentido contrario, la contratación temporal se desploma penada por la nueva legislación. Los trabajos por obra o servicio desaparecen (-87,60 %) y también sufren los de circunstancias de la producción (-15,47 %), entre otros.

(La información completa y el listado de las profesiones con más contratos, en la edición impresa o aquí)