«Las empresas deben mejorar mucho en el secreto de sus planes»

GUILLERMO ARCE / Burgos
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ENTREVISTA | Ángel Segundo Gómez impartió ayer en Burgos una conferencia en el Círculo Hubers sobre los problemas y los puntos de encuentro entre la inteligencia militar y la inteligencia en la empresa

Ángel Segundo Gómez, director de Inteligencia en la Escuela Superior de las Fuerzas Armadas. - Foto: Juan Lázaro

El coronel Ángel Segundo Gómez (Melilla, 1966), pasó su infancia y adolescencia en Burgos. Inició sus estudios en la escuela de Ibeas de Juarros -en esa época su padre estaba destinado como capitán jefe del destacamento situado entre Ibeas, Zalduendo y Arlanzón- y mantiene vinculación con la ciudad, en la que viven sus padres y su hermana. Ocupa actualmente la dirección del Departamento de Inteligencia de la Escuela Superior de las Fuerzas Armadas del Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional (Ceseden). Los últimos 20 años de su carrera los ha dedicado a la Inteligencia Militar, en la que ha ocupado variados destinos en cuarteles generales españoles y en la OTAN y también ha ostentado el mando de unidades de Inteligencia, incluyendo el del Regimiento de Inteligencia nº1 (con unidades en Valencia y León). Tiene una amplia experiencia operativa internacional. 

¿Cómo explica a los empresarios el papel y funcionamiento de la inteligencia en las Fuerzas Armadas (FAS)? 
La inteligencia militar, como la inteligencia en cualquier otro ámbito, debe aportar conciencia de la situación y comprensión del entorno, así como buenas estimaciones sobre su posible evolución futura, muy especialmente sobre todo aquello que nos amenaza. La inteligencia militar está dotada de medios humanos y materiales, de organizaciones y de procesos para poder dar satisfacción a estos requerimientos en relación con la defensa militar de España. 

¿Qué papel juega la inteligencia en el día a día de las FAS?
Como he mencionado, la inteligencia es necesaria para casi todo. Es evidente su necesidad cuando estamos desplegados en las zonas de operaciones, pero también para mantener la seguridad de nuestras unidades, nuestros medios, nuestro personal y nuestra información en el día a día. También, sin duda, hace falta inteligencia para orientar la preparación de nuestros militares para que alcancen la eficacia operativa en los escenarios y en las operaciones a las que deben enfrentarse.

¿Cómo se forman los militares en este ámbito?, ¿dónde se destinan los especialistas en inteligencia? 
En el Ceseden, en concreto en la Escuela Superior de las FAS, se imparte la formación de nivel más alto de la enseñanza militar. En el caso de la inteligencia militar, nuestro Curso Superior de Inteligencia de las FAS no es el único programa formativo en este campo en nuestras FAS, pero sí el único de nivel master. Nuestros alumnos son oficiales que proceden de los Ejércitos, la Armada y la Guardia Civil y en muchos casos han participado ya en otros cursos de especialización en inteligencia. Nuestro curso los prepara para dirigir los procesos de inteligencia en las diversas unidades y organismos del llamado Sistema de Inteligencia de las FAS.

¿Cómo les están afectando los avances tecnológicos? 
Están cambiando muchas cosas en nuestro modo de trabajar y de organizarnos. Afecta a la inteligencia en el ámbito militar o en cualquier otro ámbito. Hay muchos desarrollos en ciencia y tecnología que están teniendo un impacto muy grande en nuestros procesos y en nuestras unidades, centros y organismos. Algunos son tan importantes que parecen estar cambiando las reglas del juego. A veces, podría incluso pensarse que nos están haciendo jugar a otro juego distinto. Son muchos los ejemplos que podrían mencionarse, pero entre ellos se puede destacar todo lo que tiene que ver con los sistemas pilotados a distancia e incluso autónomos y también, por supuesto, la analítica avanzada usando inteligencia artificial y el procesamiento del lenguaje natural. El último año ha sido especialmente intenso en este último ámbito y la evolución se está acelerando, así que es muy difícil imaginar dónde estaremos dentro de 2 o 3 años. Lo único cierto es que muchas cosas habrán cambiado drásticamente y que deberemos ser capaces de adaptar, en consecuencia, nuestras organizaciones y nuestro modo de trabajar. 

¿Es un ámbito exclusivo y estratégico para España o se desarrolla en colaboración con otros aliados? 
España y en particular sus FAS mantienen relaciones multilaterales y bilaterales de colaboración en este ámbito que son muy importantes para nuestra inteligencia militar. El caso más importante y más desarrollado normativa, técnica y procedimentalmente es el de la OTAN.

¿Colaboran con la empresa privada? 
Mi responsabilidad actual tiene que ver con la enseñanza militar y en este ámbito tenemos sobre todo relaciones de colaboración con organismos de las FAS, de otros ámbitos de la administración pública y con las universidades. Sin embargo, mantenemos también contactos con aquellas empresas, sobre todo en el sector tecnológico, cuyos desarrollos nos indican el camino al futuro, un futuro para el que queremos preparar a nuestros alumnos y alumnas. 

Los cambios de la tecnología son tan grandes que parecen estar cambiando las reglas de juego»

¿Es posible y fácil trasladar sus métodos de trabajo a una empresa? 
Cualquier organización que se enfrenta al reto de la interacción con el entorno, debe observarlo y tratar de entenderlo para mejorar sus opciones de éxito en su acción corporativa. Para ello es necesario alcanzar buena conciencia y comprensión de lo que ocurre y de cómo eso puede afectar a su actuación. También debe intentar anticipar cómo la evolución de la situación podría afectar a sus planes para el futuro. Este es un reto para cualquier organización militar, para cualquier entidad pública y también lo es para cualquier empresa. El reto es compartido y, por tanto, muchas de las soluciones organizativas y metodológicas que tengan éxito en un ámbito podrán ser exportadas (en ocasiones con ciertos necesarios ajustes) a otros entornos.

Póngame algún ejemplo. 
Una empresa que estudia su expansión a nuevos mercados o la realización de inversiones en nuevas infraestructuras en el extranjero debe entender el entorno y sus amenazas, su marco normativo, debe conocer el ecosistema del poder político y empresarial, debe entender los condicionantes culturales y sociales. Debe identificar oportunidades y amenazas. Nada distinto de lo que preocupa a un comandante de una fuerza expedicionaria militar. Los modos de la acción y los tipos de confrontación serán otros, pero, como digo, el reto es muy paralelo y los procesos son, en buena medida, intercambiables. Por ejemplo, los procesos de gestión de las necesidades de información o los procesos de análisis de sistemas complejos o de indicadores de alerta.

Hay cosas de las que ambos ámbitos pueden aprender mutuamente.
Sin duda. En todo caso esto no es una novedad. Las FAS y el mundo empresarial tradicionalmente han compartido conocimiento y aprendido uno del otro en muchas ocasiones. Hay determinadas actividades en la que los ejércitos fueron los pioneros (como la logística moderna o el internet por citar solo dos), pero en las que las empresas han alcanzado niveles de excelencia en muchos casos comparables o superiores a los nuestros. El caso de la inteligencia es un buen ejemplo en el que las FAS pueden mostrar sus prácticas de éxito a las empresas. 

¿Cuáles son las vulnerabilidades de una empresa desde la óptica militar? 
No me atrevo a aventurarme en un campo que no conozco bien, pero es evidente que las empresas deben proteger su patrimonio intangible, por ejemplo, su conocimiento valioso, aquel que les da una posición de ventaja en el mercado. Deben protegerlo de la obtención hostil de información. Deben mantener el secreto de ciertos planes y en este campo creo que hay mucho que mejorar en el ámbito de la cultura organizacional y en el de la praxis empresarial. Otro campo importante es el de los indicadores de alerta en relación con el planeamiento ante contingencias (por ejemplo, anticipando problemas con las cadenas de suministro).

¿Ve necesaria una formación en inteligencia militar del empresario? 
A mí no me cabe duda, pero creo que esta certeza es cada vez más compartida por el ámbito empresarial y académico. En los últimos años han florecido en España los programas de formación en inteligencia en las universidades públicas y privadas y también en otras instituciones educativas. Hasta hace pocos años en España, las empresas activas en el campo de la inteligencia competitiva empresarial o en el de la inteligencia para la seguridad, se encontraban solamente en el Ibex 35. Ahora cada vez es más frecuente que las empresas del llamado middle market e incluso las pequeñas empresas empiecen a considerar esta función. En estos casos lo habitual es no poder contar con capacidades orgánicas propias, pero hay soluciones que van desde las asociaciones empresariales hasta la contratación de consultoría de inteligencia externa.

El desarrollo de la guerra de Ucrania está muy lejos de lo que casi todo el mundo esperaba. ¿Es este un ejemplo de las limitaciones de la actividad predictiva en inteligencia? 
El caso de la invasión rusa de Ucrania y la guerra que desagraciadamente continúa debe ser estudiado en profundidad, ya lo estamos haciendo y deberemos continuar. En relación con la inteligencia militar, hay muchas observaciones que podrían mencionarse, pero yo destacaría la dificultad para parametrizar y valorar adecuadamente los elementos intangibles (morales y culturales) que son muy importantes, pues añaden o restan potencia de combate y opciones de éxito militar a los beligerantes.

¿Cuáles son las oportunidades para la empresa burgalesa en este campo?
Desgraciadamente no vivo en Burgos ni soy un conocedor de su tejido económico e industrial, pero estoy seguro de que Burgos, que es un importante foco industrial y con una buena presencia en mercados internacionales, siempre se beneficiará del impulso a la inteligencia competitiva de sus empresas. Podrá hacerse desde soluciones corporativas individuales o desde actuaciones cooperativas, tanto para su apoyar su proyección en los mercados o la vigilancia tecnológica, como para anticiparse a posibles contingencias y tomar las adecuadas medidas mitigadoras del daño. A un nivel más alto, el concepto de la inteligencia para el desarrollo regional, promovido desde organismos sectoriales o las administraciones públicas es también de gran interés.