Los embalses recuperan su nivel, pero no es suficiente

D. ALMENDRES
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La Confederación Hidrográfica del Duero advierte de que las reservas nivales son «prácticamente inexistentes» en el comienzo de la primavera, si bien Úzquiza y Arlanzón igualan actualmente los registros de la década

La situación actual del pantano de Úzquiza y el buen tiempo animan a los aficionados a la pesca a probar suerte. - Foto: Alberto Rodrigo

Aunque la situación aún está lejos de ser favorable, las actuales reservas de los embalses de Úzquiza y Arlanzón mejoran los últimos datos históricos y amortiguan la peligrosa tendencia de un seco 2022.
El escenario era complejo en un comienzo de otoño muy caluroso, pero la preocupación venía de lejos. Incluso, de antes de verano. Sin embargo, las condiciones de un periodo estival muy duro para los pantanos españoles acabó de complicar el escenario.

Solo las últimas lluvias del año ayudaron a cambiar un poco la perspectiva. Con la llegada de 2023 la Confederación Hidrográfica del Duero fiaba a las nevadas en la zona alta de la cuenca del Arlanzón un cambio de inercia muy oportuno que contrarrestara los efectos de un complicado año hidrológico. 

El balance registrado durante el invierno es insuficiente, pero da un pequeño respiro. El 'Sistema Arlanza', formado por los dos embalses burgaleses cerró 2022 al 53,3% de su capacidad (51,7 hectómetros cúbicos), un valor inferior al registrado de media a lo largo de la década y también peor que el de 2021.

El embalse de Úzquiza está al 77% de su capacidad. El embalse de Úzquiza está al 77% de su capacidad. - Foto: Alberto Rodrigo

Hoy por hoy, el contexto no es tan preocupante. Sin embargo, sigue siendo muy delicado. La primavera, siempre inestable, ha alternado hasta el momento temperaturas veraniegas con las noches más frías en un mes de abril desde que hay registros. Pero no llueve.

Según los datos oficiales y la valoración realizada por la Confederación Hidrográfica del Duero, las principales aportaciones de este primer trimestre del año se concentraron a lo largo del mes de enero con 19,5 hectómetros cúbicos acumulados. 

Sin embargo, febrero no fue tan positivo y apenas sumó 4,4 hectómetros cúbicos a las reservas y hace más acuciante la llegada del agua. Y es que marzo, si bien mejoró este resultado, almacenó 9,3 hectómetros cúbicos. El total del trimestre, 33,2 hm³, son 12 hm³ menos que la media de los últimos 10 años.

«El invierno no ha cumplido totalmente con las expectativas», resumen las fuentes de la CHD consultadas. No obstante, hay margen para una lectura esperanzadora debido a que las aportaciones «han sido suficientes» para recuperar los habituales niveles de volumen embalsado.

En este momento, la suma de Úzquiza y Arlanzón es de 77,7 hm³, frente a los 78,1 hm³ de la media de la última década. Además, los registros de este mes de abril superan «notablemente» el volumen del año pasado por estas fechas, situado entonces en 67,6 hectómetros cúbicos.

Sea como fuere, la Confederación Hidrográfica del Duero destaca que las reservas nivales son «prácticamente inexistentes». Eso tendrá un impacto negativo directo en los próximos meses, puesto que «no se disponen de más reservas de recurso hídrico que las albergadas por los embalses».