«La música es ese amor sobre el que no tengo ninguna duda»

ALMUDENA SANZ
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ENTREVISTA | Ariel Rot grabó dos discos por libre mientras tocaba con Tequila y Los Rodríguez y en 1998 hizo un desnudo integral e inició su carrera en solitario. Celebra los 25 años de 'Hablando solo' con una gira que llega este viernes a Burgos

Ariel Rot vuelve este viernes a Burgos en la gira por el 25 aniversario de 'Hablando solo'. - Foto: Luis López Araico

Como los jovenzuelos de aquellos últimos años noventa, aunque ya no lo eran tanto, vivieron Ariel Rot y su banda el reencuentro con el público el pasado jueves. La Sala Apolo 2 de Barcelona enmarcó el inicio de la gira del 25 aniversario de Hablando solo, el disco con el que el músico argentino se desasió de todo y empezó a caminar solo. Este viernes llega a la Sala Andén 56 (22 horas, 25 euros). «Está siendo maravilloso, con muy buenas sensaciones, un público muy cariñoso. Había muchas expectativas y ganas. Fue como un gran reencuentro con el público, con la banda y con repertorio que también hacía tiempo que no tocaba», recuerda mientras camina entre el pasado y el presente. 

25 años después de ese Hablando solo. ¿Qué se sigue contando a sí mismo? ¿Sigue hablando solo? 
Por supuesto, todos hablamos solos, no en voz alta (ríe). Todos deberíamos tomar un tiempo para conocer al extraño que llevamos dentro. 

¿Qué le lleva a iniciar el camino en solitario con ese extraño?
Había llegado el momento de soltar esa red de seguridad que te da pertenecer a una banda, donde siempre ocupas un lugar más discreto. Creo que era un momento de tomar compromiso. 

Ariel Rot vuelve este viernes a Burgos en la gira por el 25 aniversario de 'Hablando solo'.Ariel Rot vuelve este viernes a Burgos en la gira por el 25 aniversario de 'Hablando solo'. - Foto: Luis López Araico

Nostalgia o ganas de fiesta. ¿Qué mueve celebrar este aniversario?
(Ríe). Puede ser todo. Coincidía el aniversario, apareció mucho material inédito, la compañía discográfica, Warner, tenía ganas de hacer un pequeño tributo a ese comienzo. Por otro lado, dio la coincidencia de que todos los músicos de la banda de entonces podían hacer un paréntesis en sus actividades. Todos teníamos muchas ganas porque se establecieron vínculos muy potentes y se consiguió un nivel musical muy alto. Resultó agradable y muy divertido reencontrarse y volver a tocar juntos, porque inmediatamente se produjeron esos códigos que ya teníamos. 

¿Sienten que han vuelto a esos últimos años de los noventa?
Han pasado 25 años, y años muy importantes, y cambiado muchas cosas, pero, sin embargo, se produce una química particular, nos juntamos y volvemos a parecer unos jovenzuelos haciendo tonterías todo el rato, lo cual es muy sano y muy divertido, porque recuperamos ese tiempo que quedó congelado. 

En Baile de ilusiones, una de las míticas canciones del disco, canta 'y el que tenga un amor que lo cuide, y que mantenga la ilusión, porque la vida es un baile de ilusiones y el que no baile está muerto...'. ¿Cuál ha sido ese gran amor que le ha hecho mantener la ilusión?
(Ríe). Voy a decir la música. 

¿Por qué? ¿Qué tiene ella que no tengan otras?
Porque es una llama que se encendió y nunca se apagó. 

¿Temió alguna vez que se apagara?
No. Ese es un amor sobre el que no tengo ningún tipo de duda. Nunca. 

'Y es que no hay nada más triste que recordar los sueños del pasado para comprobar que poco se cumplió de lo que habíamos soñado', escribe en Después de brindar. ¿Cuál es ese poco que ha cumplido?
Es una letra que escribí tal vez un poco influenciado más por aspectos no tan personales sino sociales. Pertenecemos a una generación que pensó en un momento que el mundo iba a cambiar, y para siempre, y evidentemente nos equivocamos, y mucho, y ahora lo estamos viendo. En lo personal, podría decir que soy uno de esos afortunados que cumplió ese sueño de encontrar su pasión, su oficio, y desarrollarlo toda su vida. 

¿A qué se refiere con eso de que se equivocaron mucho al pensar que el mundo iba a cambiar? 
Yo soy contemporáneo a los 60, los 70, los 80, épocas en las que parecía que el mundo se iba a convertir en algo más humanitario, más allá de políticas y partidos, simplemente en temas tan en boga como las brechas sociales, el poco respeto por el medio ambiente, la avaricia despiadada o el abuso de poder. Pensamos que el mundo iba a ser más justo y nosotros íbamos a participar de eso y nos dimos cuenta de que ahora quienes deciden todo no somos nosotros y ni siquiera son los políticos. 

Es necesario saber decir que no, si no, estás jodido»

En Colgado de la luna anota 'compruebo en los bolsillos para ver si tengo todo lo que tengo que tener'. ¿Cuál es eso imprescindible que le ha acompañado en este tiempo?
¡La guitarra! (Ríe). Si todo se va a la mierda, si todo se acaba, mientras yo tenga una guitarra gran parte de los problemas estarán solucionados. 

'Pone en orden su cabeza desordenada, pero su nombre la llama, no sabe decir que no...'. (Desordenada). ¿Ariel Rot sabe decir que no? 
Uno va aprendiendo, es necesario saber decir que no, si no estás jodido. También he aprendido a ser sintético en las respuestas (ríe), que para un argentino no es fácil. 

¿Se arrepiente de algún no?
En cosas fundamentales, no, quizás en superficiales y muy puntuales. 

A ser sintético le habrá ayudado llevar tantos años en España...
Te puedo dar datos de argentinos que llevan muchos años y parece que han llegado ayer (ríe). Tiene más que ver con que intento ser precavido en las entrevistas. 

Y hablando de este país, en Bruma en la Castellana transita por ese Madrid donde de madrugada la ciudad se desparrama. ¿Significa lo mismo la noche ahora que entonces? 
No para mí, ya la noche se vive de otra manera, eso fue cambiando, duró porque el rock&roll también implica eso, pero en los últimos años me he moderado mucho. Después de los conciertos necesito descansar, necesito soledad y silencio. 

Aquel tiempo se refleja en el documental Tequila. Sexo, drogas y rock and roll. ¿Qué papel ocupan Tequila y Los Rodríguez en sus memorias?
Ocupan una etapa corta, pero que me marcó tremendamente. Tequila es éxito repentino y desmesurado y cuando tienes 17 años te marca mucho. Por otro lado, es una vivencia maravillosa, única, a esa edad salir a tocar con tus amigos, pasarlo bien y tener todo lo que quieras cuando lo quieras. Una experiencia brutal. Es difícil de explicar esos vínculos que se crean, porque hoy en día está todo muy reglamentado, entonces éramos nuestros propios jefes, era como ir en una nave dirigida por unos dementes, y eso iba a la deriva, pero era maravilloso, divertido, romántico y heroico. 

Y luego llegaron Los Rodríguez... 
Es otra experiencia. Fueron años de gran crecimiento musical, de mucha actividad, pero no haciendo conciertos, sino en el local de ensayo, trabajando con Andrés, de una manera muy intensa y también muy competitiva, y eso tenía una parte buena. Fue un antes y un después, se abrieron un montón de constelaciones en el universo con Los Rodríguez. Fue también una experiencia salvaje, más que con Tequila incluso, porque ya éramos tipos más grandes. 

¿El rock es salvaje y brutal por sí?
Depende (ríe). Hay grupos que parecen boy scout, nosotros no (ríe). Éramos personalidades muy potentes y era el momento de la vida. Ahora yo toco con gente muy potente, como Kiko Veneno, pero estamos en un momento más plácido. 

Ahora después de los conciertos necesito descansar; soledad y silencio»

Está levantando mucha polvareda la confesión de que Me estás atrapando otra vez habla de su adicción a la heroína... 
Repasando esa canción justamente a partir de esto, quién podía pensar que no era sobre eso. ¡Si está clarísimo! Cómo ibas a dedicar eso a una pareja, diciendo eres un ángel maldito, la dama más cruel, un arma de doble filo... En ningún momento pensé que la gente iba a entender otra cosa cuando lo escribí. Se ve que la gente lo entendió de otra manera, de lo cual me alegro. 

La gente ha estado engañada mucho tiempo...
(Ríe). Me encanta porque yo soy muy malo engañando. 

De vuelta a ese Baile de ilusiones entona 'porque la vida es un sueño y los sueños sueños son'. ¿Cuáles tiene ahora más allá de esta gira?
Ser lo más libre y lo más feliz posible, que suena a tópico y cliché, pero he cumplido 63 años y cada vez que cumplo años, sobre todo los últimos, me voy proponiendo lo mismo. Me voy quitando peso superfluo, preocupaciones que no tienen sentido. 

¿Y va consiguiendo ser cada vez más libre y más feliz?
La verdad es que sí. Otra característica de los argentinos es que somos un poco neuróticos (ríe). Por lo menos es bueno proponérselo. Significa un avance. 

ARCHIVADO EN: Música, Sala Andén 56, Burgos