Una decena de conductores han dado positivo por alcohol o drogas durante el fin de semana en los controles realizados por la Guardia Civil en la provincia. 

Entre las cinco de la tarde del viernes y las seis de la mañana de este lunes, el Subsector de Tráfico de la Benemérita de Burgos realizó 759 pruebas de alcoholemia en nuestro territorio, con el resultado de siete positivos, que se saldaron con sendas denuncias administrativas. No se contabilizó ningún delito. 

Durante el mismo periodo de tiempo, 24 conductores se sometieron al control de drogas y estupefacientes y tres de ellos dieron positivo, por lo que los agentes tramitaron los correspondientes boletines de denuncia por infracción al Reglamento General de Circulación.

El total de pruebas fueron realizadas en controles dispuestos en orden a la prevención de la seguridad vial.

Triplica la tasa de alcohol en la calle Amaya. La Policía Local interceptó el viernes por la noche un vehículo en la calle Amaya cuyo conductor, novel, triplicó la tasa de alcohol permitida al volante, lo que le ha supuesto la pérdida de seis puntos del carné. 

Según fuentes policiales, el conductor estaba en doble fila y con síntomas de embriaguez, pero hizo caso omiso a las voces que le recomendaba no coger el coche y fue interceptado por los agentes. 

El mismo vienres, en un control en la avenida de Villalonquéjar (continuación de Valentín Niño), un control de la Policía Local a 43 vehículos acabó con 16 denuncias de tráfico por reformas de importancia y cinco denuncias municipales por conducción negligente.

Advertencia y consejo. La Guardia Civil recuerda que la ingesta de bebidas alcohólicas así como la de drogas y sustancias tóxicas influye en el conductor de un vehículo con la disminución de la capacidad sensorial, de reflejos y de atención en la conducción, desvirtuando la percepción de la realidad, determinando una conducción inapropiada y creando un concreto peligro para la vida propia y del resto de los usuarios de la vía, aumentando exponencialmente la posibilidad de sufrir un siniestro vial.

Estas conductas al volante pueden conllevar administrativamente hasta 1.000 euros de sanción y penalmente podrán ser castigadas con la pena de prisión de tres a seis meses o con la de multa de seis a doce meses o con la de trabajos en beneficio de la comunidad de treinta y uno a noventa días, y, en cualquier caso, con la de privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior a uno y hasta cuatro años.