Ni el 50% de la plantilla de Primaria se vacunó de la gripe

GADEA G. UBIERNA
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Burgos es la provincia de Castilla y León con menor cobertura en trabajadores de centros de salud. En los hospitales fue del 65%. Sacyl no alcanzó los objetivos

La vacuna de la gripe y la cuarta dosis frente a la covid se administraron a la vez. - Foto: Luis López Araico

La Gerencia Regional de Salud (Sacyl) ha cerrado la campaña de vacunación de la gripe sin haber conseguido el objetivo de cobertura establecido para su propia plantilla en Burgos: un 75% de trabajadores de hospitales y centros de salud protegidos. En el HUBU, el Santiago Apóstol (Miranda) y el Santos Reyes (Aranda) se quedó a algo menos de diez puntos (65,47% de vacunados), pero en Atención Primaria ni siquiera se logró que la mitad del personal recibiera la profilaxis frente a los virus gripales (46,7%). Así, y siempre según datos oficiales, se comprueba que Burgos fue la provincia de Castilla y León con menor respuesta a la campaña entre los profesionales de los centros de salud.

En España la vacunación es voluntaria y, en general, la respuesta a la inmunización sistemática frente a la gripe, que se acaba de dar por concluida, fue menos entusiasta que otros años en todos los grupos de edad. De hecho, según datos oficiales definitivos, en Burgos, solo los mayores de 75 años respondieron de forma masiva al llamamiento y cumplieron con el objetivo de que tres de cada cuatro recibieran la profilaxis. En la cohorte de burgaleses de entre 70 y 74 años no se alcanzó la meta acordada entre el Ministerio y las Consejerías por muy poco, ya que se administró la vacuna al 74,3% de la población; un porcentaje algo inferior al de las dos últimas campañas, cuando el miedo a la posibilidad de contagiarse de gripe y de coronavirus al mismo tiempo facilitó que se alcanzaran coberturas de récord en casi todas las cohortes de población general.

No ocurrió lo mismo entre los profesionales de Sacyl, sin embargo. La respuesta a la campaña frente a esta enfermedad típica del invierno apenas varió durante lo peor de la pandemia, ni en los tres hospitales públicos ni en los centros de Atención Primaria. Y este invierno tampoco hubo grandes cambios: subió algo la cobertura en Atención Primaria (el año pasado fue del 45%), pero cayó en los hospitales, sobre todo porque en el de Aranda el año pasado se protegieron casi nueve de cada diez trabajadores y, ahora, en cambio, se han quedado en un 74%. En el complejo asistencial de Burgos (que lo conforman el HUBU, Fuente Bermeja y el Divino Valles)la cobertura está estabilizada (65,1%) y el Santiago Apóstol sigue siendo el menos receptivo (59%, un porcentaje también bastante estancado).

Desigualdad. La Consejería de Sanidad nunca ha explicado con claridad por qué motivo sus trabajadores son más reticentes a una inmunización que recomiendan a la población general de más de 60 años y que a ellos se les indica, con independencia de su edad y de su categoría profesional, porque están en contacto con mucha gente; personas, las más de las veces, vulnerables y con más riesgo de complicaciones en caso de contagio. Pero, a la vista de las cifras, los servicios de prevención tendrán que intensificar la concienciación.

Tampoco hay una respuesta clara a la enorme desigualdad de cobertura entre unos centros sanitarios y otros. Mientras que en los hospitales de Medina del Campo y de Zamora ponen el brazo más del 80% de los trabajadores (el 95% en el centro vallisoletano), en el del Bierzo se quedaron en el 40%.

En Atención Primaria sucede algo muy parecido y, mientras que en Ávila se protegen más de siete de cada diez personas, Burgos se queda por debajo de la mitad.