Ajeno a la polémica generada en su país por la actuación de su exguardaespaldas -que cargó contra unos manifestantes el pasado Día del Trabajo- y la gestión del Gobierno al respecto -que le puede costar una moción de censura en el Parlamento-, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, sigue sumando apoyos en el exterior a su plan de renovar la Unión Europea. Ayer, en una cumbre bilateral en Lisboa con el primer ministro de Portugal, António Costa, y antes de que ambos se reunieran con el jefe del Ejecutivo español, Pedro Sánchez, para abordar las interconexiones energéticas de los tres países, consiguió un nuevo aliado en su empeño, ya que el premier luso se unió a su causa y ambos coincidieron en apostar por una Europa «fuerte y unida» para «refundar» el modelo comunitario y afrontar los desafíos de la UE.

Los dos consideraron que los Veintiocho se encuentran en una encrucijada decisiva para definir su futuro y abogaron por una apuesta decidida por la unidad para dar respuestas comunes a las amenazas del bloque, sin olvidar prestar atención a lo que Costa denominó «pilares sociales» para frenar las asimetrías entre los Estados miembro.