¡Cantar es maravilloso!

ALMUDENA SANZ / Burgos
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La algarabía infantil copa todas las salas, pasillos y escena de Cultural Caja de Burgos esta semana con la recuperación del programa Cantania, que implica cada día a 200 alumnos en la interpretación de un espectáculo coral

El ensayo general reúne por primera vez en el escenario a los distintos grupos de cada centro escolar, a los músicos y a los dos solistas. - Foto: Luis López Araico

El silencio del patio de butacas se rompe al abrir una de las puertas de acceso a los camerinos y bajar las escaleras. El alumnado de 5º de Primaria del Colegio Ribera del Vena anda de espera y trastea. Apenas queda media hora para el inicio del ensayo general de Las puertas del mundo, el espectáculo propuesto este año por Cantania, un programa escolar en torno a la música que la Fundación Caja de Burgos recupera tras el largo parón de la pandemia. Cerca de 200 estudiantes de distintos coles suben cada tarde de esta semana al escenario de la avenida de Cantabria. La misma pieza, cinco estrenos. Al terminar, habrán pasado un millar de 18 centros. 

Para la mayoría es su primera vez. Nunca antes habían cantado con público. Es el caso de Sofía Alameda, de 10 años, del Ribera del Vena. «Me parece una experiencia buena porque hemos dejado de hacer teoría de música por algo relevante, divertido y diferente», valora sin un ápice de nervios. Tampoco los tienen Ana López, María Serna, Gabriela Ibáñez, Aroa Vivar, María Calvo y Alba Martínez, de 6º de Primaria del Miguel Delibes. Están en corro, se preparan para el gran momento haciéndose trenzas unas a otras. «Lo tenemos todo bien preparado», se justifican estas chicas, una ya ha hecho sus pinitos en el coro escolar y la parroquia y otra en el Conservatorio, y solo lamentan que algunos chicos de la clase «fastidian un poquito».

Algunos profesores también debutan. Ángela García, del Fernando de Rojas, conoció el proyecto en la universidad y en cuanto ha tenido la ocasión se ha lanzado. Lo cuenta emocionada mientras coloca a parte del alumnado de 5º de Primaria en fila hacia el escenario. Hugo Sáez, Daniel Alcalá y Mencía Sánchez avanzan encantados. Han practicado mucho y se lo saben. ¿Nervios? Cero. 

Otras docentes ya han perdido la cuenta de sus cantanias. Ana Ayala, del Delibes, lo afronta como un reto. «Es un trabajo muy intenso de música coral y supone enfrentarse a un repertorio muy amplio, con movimientos, gestos... Requiere dedicación total, disciplina y memorización. Aún no son conscientes de lo que van a hacer luego, de ponerlo en escena con 200 niños, orquesta, luces, director...», se explaya y como directora del Orfeón Burgalés Infantil observa su oportunidad para acercar a los pequeños a un coro. A alguno ya le ha picado el gusanillo. 

Veterana también es Beatriz Valbuena, del Ribera del Vena. Empezó cuando el proyecto, original del Auditorio de Barcelona, se celebraba en Valladolid. «La cantata cada año trata un tema, este año es la inclusión, y te da pie a abordarla en todas las materias. Se acercan a ritmos nuevos y trabajan al lado de una orquesta y unos solistas profesionales, que, probablemente, no lo harán nunca más», sostiene consciente de que engancharlos a la música es misión complicada, pero segura de que en muchos «algo quedará». 

Habla en el pasillo entre la sala asignada a su cole y el camerino de artistas. Ayer la tocaba atender ambos frentes. Porque su voz de soprano interpreta a Sara, una niña con discapacidad visual que quiere dar la vuelta al mundo como Phileas Fogg, y la emprende con su padre (Joan García) a través de la imaginación y de los cuentos de sus vecinos, de distintas nacionalidades. 

La hora de la verdad se aproxima. Cada grupo entra por un lado del escenario. Todos llevan atrezo para jugar durante el espectáculo. Ya esperan los músicos, Virginia Fernández (piano), Beatriz Tubilleja (flauta), Rubén Ortiz (saxo alto), Raquel Rodríguez (violín), Raquel Martínez (viola), Vicente Marín (violonchelo), Joaquín García (contrabajo) y Pablo Treceño (percusión), y los directores, Ignacio Nieto y Verónica Rioja.

Los niños, con sus voces, sus objetos y sus movimientos, emprenden un apasionante viaje. Y solo ha sido un ensayo. Cuentan con media hora para recuperarse. Fuera, los padres de los artistas hacen cola. El espectáculo va a comenzar. 

Mil alumnos y 18 coles en escena. Cantania implica a casi un millar de alumnos de 18 centros escolares de la provincia. Participan San Pedro y San Felices, Blanca de Castilla, Antonio Machado, Jesuitas, Virgen de la Rosa, Pons Sorolla (Lerma), Aurelio Gómez Escolar, Círculo, Vadillos, Jesús Reparador, Miguel Delibes, Ribera del Vena, Fernando de Rojas, Las Candelas, Niño Jesús, Liceo Castilla, CRA La Demanda (Huerta de Rey) y Príncipe de España (Miranda).