12 días después de la llegada de su marido, hoy, jornada previa a la noche de Reyes, Burgos recibe la visita de Mamá Noel. No es que sea una mujer despistada, más bien lo es él, ya que parece que, desde que entregó los regalos a los niños burgaleses, Papá Noel no ha pasado por casa. No sabemos si ha ido a comprar tabaco o si los renos están encantados con el frío burgalés y pretenden pasar aquí el invierno antes de regresar a Laponia. Sea lo que fuere, la señora Noel llega hoy a Burgos, encabezando la cabalgata de Reyes, en busca de su marido que ha decidido descansar, unos días, en nuestra ciudad. Habrá que fijarse en la cara de los Magos de Oriente cuando descubran que hoy, en vez de una estrella, quien les guía, por la calle Vitoria hasta la plaza del Cid de la capital, es la mismísima Mamá Noel. 

A la 'señora de', que tiene menos protagonismo en Navidad que Melchor y Gaspar, tradicionalmente eclipsados por Baltasar, la única persona a la que le cambia el tono de piel dependiendo de dónde esté, le sucederán por las calles de la ciudad 12 carrozas y 600 modelos que desfilarán disfrazados hasta el Teatro Principal. 

Este año, los paraguas, en Burgos, solo sirven para la lluvia. No les den la vuelta, que hoy no hay caramelos. Tampoco discurso de los Reyes. Imagínense, qué van a decir después de ver a Noel. 

Lo que sí habrá, dejemos la ironía atrás, es ilusión de nuevo en la ciudad. Esa ilusión inocente que no entiende de saltarse las normas y que merece, más que nunca, ver a sus Majestades desfilando a unos metros de su salón. Esos niños responsables que, este año, no merecen ni una pizca de carbón simple y llanamente porque han demostrado saber comportarse mejor que los demás.