9 de las 11 muertes en accidente fueron en vías convencionales

I.E.
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El riesgo de sufrir una colisión o una salida de vía es mucho más elevada que en una carretera de doble calzada

La última víctima mortal en las carreteras burgalesas fue un camionero cántabro de 43 años el viernes en la N-627. - Foto: @BomberosBurgos

No todas las carreteras de un carril por sentido pueden convertirse en autovía, pues las disponibilidades presupuestarias de la Administración central son limitadas, pero las que llevan proyectadas desde hace lustros sí que podían estar acabadas. La A-12, la de Logroño, es una de ellas, pero también la A-73. Es la que absorberá el tráfico de la N-627, la carretera de Aguilar, donde el viernes perdió la vida un camionero cántabro de 43 años en un accidente ocurrido pasadas las 8 de la mañana.  El siniestro tuvo lugar en el kilómetro 34,7, a la altura de Urbel del Castillo. El camión que manejaba el conductor finalmente fallecido se desvió de su carril -según las primeras hipótesis se quedó dormido- invadió el sentido contrario y chocó frontalmente contra otro, cuyo chófer intentó maniobrar para evitar la colisión, pero no lo consiguió y su vehículo volcó en las tierras de cultivo.

Está siendo un año negro en las carreteras burgalesas, en comparación con otros ejercicios. Con el fallecido del viernes ya son 11 las personas que han perdido la vida en accidente de tráfico en la provincia a lo largo de este año. En carreteras convencionales, de un solo carril por sentido, se han producido 11 muertes. Y es que el riesgo de sufrir una colisión o una salida de vía es mucho más elevada que en una doble vía. 

La N-120 es la carretera que más vidas se ha cobrado en este 2022, con cinco fallecidos en tres siniestros, el último el miércoles pasado, en el que fallecieron un vecino de Belorado y una amiga de origen serbio. En la BU-122 murió un hombre de 85 años en el mes de junio. Un motorista se mató en otra vía secundaria, en la BU-550, mientras que en la BU-564, en Soncillo, perdió la vida un hombre de 64 años. En Monasterio de Rodilla, en la BU-V-5005, murió un joven de 30 años el 3 de julio. La A-1 y la AP-1 fueron los escenarios de los dos accidentes mortales restantes.