El lince ibérico volverá a Burgos tras 60 años desaparecido

G. ARCE / Burgos
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El último ejemplar de este felino se detectó a mediados de los años 60 en las cercanías de Mecerreyes y el GPS confirmó que Kentaro, liberado en los Montes de Toledo, habitó la provincia en la primavera de 2015

El lince ibérico volverá a Burgos tras 60 años desaparecido - Foto: José María Ayuela

Asomó, fugazmente, de uno de los pocos encinares que prosperaban en las cercanías del pueblo de Mecerreyes. Fue el último lince confirmado en la provincia de Burgos, quizá el mismo que inspiró a Félix Rodríguez de la Fuente para hacer un capítulo demoledor de El Hombre y la Tierra (1979) sobre la inminente extinción de un felino único en el mundo y de belleza y valor excepcionales.

Estamos a mediados de los años 60 del pasado siglo. El conocido como lobo cerval o 'las gatas' entre los habitantes de los pueblos aguanta la caza indiscriminada, los venenos y las trampas, la fragmentación de territorios por carreteras y grandes infraestructuras, pero ya no puede más cuando una enfermedad, la mixomatosis, diezma al alimento esencial para su dieta:el conejo.

El lince, del que se han encontrado vestigios en los yacimientos de Atapuerca que confirman su vinculación ancestral al territorio, desaparece de Burgos a lo largo de los años 70, aunque se suceden algunos avistamientos aislados y sin confirmar, sobre todo, en cruces furtivos ante automovilistas por las carreteras de la provincia. Ocurre lo mismo en Zamora, Salamanca y también en el sur de Ávila.

En 1996 fue declarada especie protegida. A principios del actual siglo, este animal endémico de la Península llega a su mínimo histórico (menos de cien ejemplares vivos) refugiado en Doñana, Sierra Morena y los Montes de Toledo.Se encienden todas las alarmas avisando de su inminente extinción: se convierte en el felino más amenazado del mundo.

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