Repiques a difunto que seducen al cine

S.F.L. / Briviesca
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Ismael de la Iglesia descifra los escritos de las campanas de San Pedro de la Hoz y sus toques suenan en el filme 'Clamor', de Edurne Rubio

En la imagen, Ismael de la Iglesia tocando una de las campanas de la iglesia de la localidad burebana. - Foto: ELÍAS RUBIO.

Cuenta la leyenda que una noble burebana paseaba por unos bosques desconocidos y perdió la orientación. Angustiada de no encontrar el camino por el que regresar a casa fue el repique de una campana procedente de una pequeña ermita la que salvó su vida. Como agradecimiento obsequió al pequeño pueblo de San Pedro de la Hoz de unas imponentes campanas fabricadas en bronce de un tamaño desproporcionado al de la torre, donde a día de hoy permanecen. Los misterios que envuelven a estos instrumentos metálicos y las hasta ahora indescifrables escritos han llamado la atención de visitantes, maestros campaneros, artistas, escritores e incluso profesionales del sector audiovisual, como a Edurne Rubio, que apostó por incluir el sonido de estas en su película Clamor

Tanto ella como su padre, Elías, curioso por los temas arqueológicos, históricos y etnográficos y un gran enamorado de la provincia de Burgos y sus pequeños y grandes rincones, se dieron cita en el pueblo con el artesano campanero e investigador Ismael de la Iglesia, que además de realizar un exhaustivo análisis tanto de la estructura como de los escritos en el tercio (parte alta) y en el medio pie (parte baja), pretendía tocarlas. A la artista visual -actualmente afincada en Bruselas- le acompañaba el equipo de grabación que empleó para realizar el filme con el objetivo de emplear uno de los tantos toques diferentes que este domina para la ambientación sonora en una de las escenas de su trabajo. En él retrata espacios que han servido como lugares de enterramiento para aquellos que eran relegados por la iglesia católica: los suicidas, los bebés fallecidos antes de recibir el bautismo, los fusilados, ateos, transeúntes o protestantes.

Tradicionalmente los toques de campana que se hacían sonar después de un fallecimiento no solo comunicaban la muerte de una persona sino que, además, aportaban información sobre su edad, si se trataba de un niño o un adulto o sobre su sexo. «Con Ismael grabé el sonido que necesitaba, el de difunto. En la película se escucha pero no se muestran las campanas», comenta Rubio. 

Misterio resuelto. Ismael de la Iglesia conoce muy bien las campanas de San Pedro de la Hoz y trabajando mano a mano con Daniel Sanz Platero, relojero de Peñafiel y documentalista de campanas, ha logrado esclarecer el significado de los escritos. «No hay duda, es latín, y hay algunas abreviaturas y faltas de ortografía», comenta. «Son textos religiosos aunque alguno de ellos no está bien escrito porque hay que tener en cuenta que muchos campaneros desconocían el idioma. En la de mayor tamaño, fundida en 1553, se puede leer VE MARIA GRATIA PLENA DOMINUS TECUM EST ANO MDLIII, pero debería haber sido AVE MARIA GRATIA PLENA DOMINUS TECUM EST ANNO DOMINE MDLIII», detalla.

A lo largo de su recorrido profesional nunca había dado con un caso tan peculiar como el de estos instrumentos, y «no por sus inscripciones, sino por su gran tamaño. No resulta nada habitual que en un pueblo tan pequeño y una iglesia tan humilde con un campanario fabricado en parte con adobe se hallen campanas de este tamaño, de más de un metro de altura y de 300 y 450 kilos de peso. Ese es para mí el verdadero enigma», sentencia.