El ruido es considerado el segundo factor causante de enfermedades ambientales en Europa, después de la contaminación, ya que el 20 por ciento de la población de la Unión Europea está expuesta a niveles de ruido del tráfico perjudiciales para la salud, es decir, 113 millones de europeos se ven afectados por una exposición a largo plazo al ruido del tráfico de al menos 55 decibelios, según el informe 'Ruido y Salud' del Observatorio de Salud y Medio Ambiente.
Este informe, presentado por DKV, GAES y ECODES en rueda de prensa 'on line' este martes, aborda los efectos de la contaminación acústica sobre la salud de las personas. Entre los efectos directos auditivos destacan la pérdida de capacidad auditiva y los acúfenos, y, entre los efectos extrauditivos destacan: las alteraciones del sueño, enfermedades cardíacas, enfermedades mentales (estrés, depresión, ansiedad o demencia), complicaciones al nacer o disminución del desarrollo cognitivo y rendimiento de los niños y niñas.
"El ruido, la contaminación del aire, las emisiones de CO2 y de otros gases de efecto invernadero son causantes de distintos problemas interconectados que afectan a la salud humana y a la del planeta", ha declarado la responsable de transformación ambiental de DKV, Marta Pahissa.
El documento también resalta los efectos indirectos del ruido sobre la salud como, por ejemplo, que el ruido del transporte podría conducir a inactividad física a causa de las alteraciones del sueño o a la reticencia a caminar en entornos ruidosos.
En 2022, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya identificó España como el segundo país más ruidoso del mundo, solo después de Japón. Además, según el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), el 28 por ciento de la población española está expuesta a niveles de ruido que superan los 65 decibelios recomendados por la OMS.
"El ruido no es una molestia leve, se encuentra entre los cuatro factores medioambientales con mayor importancia en salud y bienestar", ha añadido Marta Pahissa.
En este sentido, el responsable del Área Social e Investigación en Audiología de GAES, Francesc Carreño, ha señalado que "el ruido puede ocasionar lesiones que difícilmente van a poder ser corregidas óptimamente". "El ruido es el peor enemigo de la pérdida auditiva", ha advertido.
Por su parte, la investigadora postdoctoral en la Iniciativa de Planificación Urbana, Medio Ambiente y Salud de ISGlobal, Carolyn Daher, ha destacado que el ruido provoca "un estado de alerta" que hace que "el cuerpo reaccione, por ejemplo, desencadenando respuestas hormonales o de inflamación".
"La contaminación del ruido hasta puede ser un problema respiratorio. Entonces, yo creo que con esto podemos entender que necesitamos un abanico amplio de medidas y también en un momento sistémico para abordar este tema. Es un trabajo multisectorial", ha afirmado.
El uso de la vegetación urbana para reducir el ruido
Una de las soluciones que los expertos proponen para reducir los efectos del ruido en la salud es el uso de la vegetación urbana como muros verdes o jardines verticales en las ciudades.
"Podríamos utilizar el jardín en vertical como elemento de absorción acústica que mejore la calidad del espacio desde el punto de vista acústico", ha destacado la profesora titular de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid y experta en soluciones basadas en la naturaleza, Francesca Olivieri.
En este aspecto, la experta ha señalado que diversos estudios han demostrado "cómo las paredes verdes ofrecen un mayor rendimiento en frecuencias medias y altas, que son las que se corresponden con la frecuencia de la voz humana, en efecto, a partir de unos 400 Hercios".
"Estas paredes cuentan con una parte de sustrato, es decir, que la planta no crece sola en la pared, sino que cuenta con un sistema de substrato que viene pre-vegetado en vivero y cuenta con cajas pequeñitas que se van colgando de una estructura que está detrás. Son más eficientes porque el sustrato absorbe alrededor de un 80 por ciento de la energía que recibe a frecuencias superiores a 1.000 hercios, que también es una frecuencia muy, muy presente en los espacios urbanos", ha explicado.
Por este motivo, Olivieri ha insistido en la importancia del "diseño de estos elementos para el acondicionamiento del espacio público". "Cuidemos de la naturaleza para que la naturaleza cuide de nosotros y para que también nos permita vivir en ambientes con buena calidad acústica", ha concluido.
La exposición al ruido ambiental no afecta a todos de la misma manera
Por otro lado, el informe 'Ruido y Salud' muestra que la exposición al ruido ambiental no afecta a todos de la misma ya que las características personales, incluida la edad, el género, el estilo de vida o las condiciones de salud preexistentes, determinan la susceptibilidad de las personas a los efectos adversos para la salud.
Según el I Estudio GAES sobre la Salud Auditiva de los Jóvenes en España, siete de cada diez jóvenes reconocen que a pesar de sufrir problemas auditivos no van al médico. Además, un 60 por ciento asegura que no les preocupa su salud auditiva y que lo ven como una dolencia de mayores. Así, el 82 por ciento no limita el volumen de los cascos y el 43 por ciento no conoce las recomendaciones de la OMS en este ámbito.
Un enfoque 'One Health' y control del tráfico
Según el documento y los expertos, el tráfico rodado es la principal fuente de contaminación acústica en Europa, y se prevé que durante la próxima década los niveles de ruido aumentarán tanto en las zonas rurales como en las urbanas debido al crecimiento urbano y al incremento de la demanda de movilidad. Actualmente, el precio del ruido en Europa por una persona expuesta a 62 decibelios (dBA) de ruido de tráfico viario es de 342 euros.
"Actuar a nivel de tráfico no solo disminuiría el factor acústico, sino también la contaminación del aire, y eso contribuiría a luchar contra esta amenaza de salud pública que son las resistencias a los agentes antimicrobianos", ha aseverado la presidenta de la Plataforma One Health y profesora del departamento de Biología Celular de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Autónoma de Barcelona, Maite Martín.
En este sentido, la experta ha incidido en la necesidad de tratar el ruido con un enfoque 'One Health' ya que, en el factor acústico "provoca alteraciones en el comportamiento de los perros, lo que puede dar lugar a episodios de agresividad y, por tanto, poner en peligro la seguridad de las personas con las que conviven". Además, el ruido también "enmascara el canto de las aves y, por tanto, dificulta su éxito reproductivo y favorece el declive de estas especies".
"Nuestra salud no solo depende de que tengamos una sanidad pública robusta, sino que también depende de que tengamos una salud pública encaminada a las necesidades en el mundo actual", ha concluido.