Héctor Jiménez

Ni confirmo ni desmiento

Héctor Jiménez


Concejalito que vienes

16/06/2023

Mañana es el mejor día de los próximos cuatro años. Para los 1.700 concejales de la provincia de Burgos llega el momento de plantarse las mejores galas (algunos y algunas se arreglan más que para una boda), de salir de casa con la sonrisa puesta y de hacerse fotos en el Salón de Plenos, tal que si se hubieran casado, con la familia y los amigos desbordando orgullo.

Porque tres semanas después de la cita con las urnas, sin que nada ni nadie puedan evitarlo, se constituyen todos los ayuntamientos. Que no haya vuelta de hoja y que la elección del alcalde sea irremediable fue un gran invento por parte de los legisladores del régimen electoral. ¿No hay acuerdo? Da igual. ¿Las corporaciones están fragmentadas? Adelante. Pase lo que pase tiene que haber alguien al frente de la nave. Sí o sí. Y gracias a eso funcionan miles de ciudades y pueblos, pues si lo dejasen al albur de los pactos este circo sería todavía más ingobernable.

Tras el éxtasis (caso de los elegidos) o la resignación (solo puede ganar uno), a partir del día siguiente llegará la realidad a poner a cada uno en su sitio. La sonrisa, especialmente entre los nuevos, durará unas cuantas semanas, quizás unos cuantos meses. Al principio atenderán amablemente a los vecinos y hasta a la prensa cuando les llame. Serán simpáticos, cercanos, voluntariosos. Aún creerán que es posible cambiar las cosas, que aquel problemilla con el partido era solo un malentendido. Que el feo del compañero de grupo municipal se arregla con una caña de por medio y una reunión en la sede.

Pronto el gesto mudará en mueca, en hartazgo, en desesperación porque nada es tan fácil como lo pintan en campaña, porque Madrid y Valladolid son implacables cuando se trata de salvar intereses mucho más gordos que los del pueblo de turno. La prensa ya no será una colaboradora necesaria en la tarea de vender la burra aunque no se la crea ni el dueño de la acémila. Y porque, ya se sabe, a cualquiera le puede salir un Parque Tecnológico, un Tren Directo o un centro de salud del Silo para venir a destapar todas tus excusas primero y tus vergüenzas después.

Antonio Machado escribió, y Joan Manuel Serrat cantó después, los cuatro versos que condensan magistralmente la esencia política de este país: Españolito que vienes / al mundo te guarde Dios / una de las dos Españas / ha de helarte el corazón

Querido concejalito (o concejalita): que te sea leve. Pero de momento disfruta, que mañana es tu momento.