Burgos pierde niños al mismo ritmo que gana mayores de 65 años

ANGÉLICA GONZÁLEZ / Burgos
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El índice coyuntural de fecundidad de la provincia es menor que el de la media del país mientras que los mayores de 90 años han crecido un 40% en este mismo periodo de tiempo

En diez años ha crecido más el número de mayores de 65 años que de criaturas entre cero y cuatro. - Foto: Patricia González

No es ninguna novedad que la provincia de Burgos envejece a pasos agigantados. Se trata de un asunto que a cada tanto aparece en los discursos políticos y que se nota en las calles y hasta en las políticas de ocio y cultura. Pero lo que se puede detectar con una simple observación se puede quedar en nada cuando se va a los datos. ¿Y qué dicen los más recientes? Que la cosa no mejora y, más bien al contrario, va empeorando. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) en 2022 hubo 5.058 niñas y niños de 0 a 4 años menos que en la misma cohorte de población de hace una década, en 2012 (16.547), lo que supone un 30,5% de descenso. Así, el año pasado los 11.547 críos de este tramo de edad supusieron el 3,2% del total de la población burgalesa, una cifra que se encuentra ligeramente por debajo de la del conjunto del país, que está en un 3,9%.

«Procrear se ha convertido en una excepción, los niños son mirados como una excepción», explica Marta Martínez, profesora de Geografía de la Universidad de Burgos y miembro del grupo de investigación de Estudios Geográficos y Análisis Territorial, que insiste en que estos números son ya una tónica habitual como en el resto del país y de buena parte de la Unión Europea: «Desde 2017 ya son más las personas que fallecen que las que nacen y la población va disminuyendo y aún existen cifras peores que las de Burgos que aunque tiene el índice coyuntural de fecundidad por debajo de la media del país 1,16 frente a 1,19, es algo mejor que el de otras provincias como Zamora u Orense».

Recuerda Martínez que aunque todos los países europeos están envejeciendo, este fenómeno ha llegado a España con un cierto retraso, puesto que el denominado baby boom comenzó en el resto del continente nada más terminar la Segunda Guerra Mundial mientras que aquí se inició en la década de los años 60. «El nombre no le viene solo por el número tan grande de nacimientos que hubo sino porque es una generación que ha prosperado muy bien coincidiendo con la reducción tanto de la mortalidad tanto infantil como la general, y que ahora está llegando al final de su ciclo laboral», añade.

Esto también lo recuerda la estadística. El INE señala que el crecimiento del grupo de edad de jubilación -aquellos que están entre los 65 y los 69 años- ha experimentado también un importante crecimiento, hasta del 22,4%. En 2012 tenían estas edades 21.788 burgaleses y en 2022, 26.680. «La longevidad nunca ha sido tan alta porque las condiciones de vida y sanitarias han ido a mejor y esta alta esperanza de vida se mantendrá si esas condiciones permanecen».

En este sentido, los datos también aportan contexto. El número de personas que en 2022 cumplieron entre 90 y 94 años creció en un 39,3% con respecto a los de 2012 y también experimentó un repunte quienes superan el centenar de años: 195 en 2012 y 224 en 2022, casi un 15% más.

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