Elena García

Tribuna sanitaria

Elena García


Te hace más fuerte

07/06/2023

A veces la vida tiene un peso insoportable y la mente, un barullo que no nos permite tomar la mejor decisión.
A veces el dolor y el ahogo lo tiñen todo de negro y nada tiene sentido, y nada merece la pena, y no hay salida. A veces demasiadas razones han llevado a la persona a ese sentimiento de angustia que se adueña de todo lo que sucede en su vida. O puede que, sin razones aparentes, la tristeza no ceda aunque se quiera.

Me pregunto qué es lo que lleva a una persona como tú y como yo a querer marcharse. 

Dicen que quien se suicida no quiere dejar de vivir sino dejar de sufrir. Si esto es así, es muy grave que como sociedad no detectemos ese sufrimiento y no pongamos los medios humanos y profesionales para 'estar ahí a tiempo'. Porque parece obvio que quien lo sufre, pueda carecer de las fuerzas necesarias para pedir ayuda a sus seres queridos y a los profesionales. Esta labor de petición de citas y consultas puede ser un periplo imposible para alguien que está desfondado y al que le cuesta todo mucho más. Sería útil facilitar el acceso inicial y el seguimiento con llamadas que aporten cercanía. Y cuando venga el «ay, ay, ay…» poder contar con especialistas de forma directa. Parece complicado. Pero necesario.

El respeto a las decisiones de las personas es lo primero. Lo malo es que esta decisión se tome desde un problema de salud mental no abordado en tiempo y forma.

La dotación adecuada en el sistema público de psicólogos, psiquiatras, enfermeros especialistas, la unidades de prevención al suicidio, son una buena medida. También el abordaje desde otros ámbitos asistenciales, sociales, laborales y escolares, cuando se detecta.

Todos sufrimos alguna vez como consecuencia de los envites de la vida, el duelo, la tristeza, la desesperanza, frustración, miedo, dolor, incomprensión, soledad, abandono… Sentimientos negativos en sí mismos que en un proceso de evolución, la persona consigue superar y verse reforzada y madurar. Porque como se suele decir «lo que no te mata te hace más fuerte». Pero no siempre es así. Porque el ser humano es frágil y fuerte a la vez. 

El riesgo y la vulnerabilidad están ahí, pero podemos trabajar en ello y crecer en fortaleza física y emocional. Como seres gregarios, el acompañamiento y el apoyo de otras personas a lo largo de nuestro recorrido vital puede ser lo que nos lleve a escoger caminos de vida plena y de felicidad. Probablemente, una sonrisa, una palabra, un tiempo de escucha, el interés en la vida del otro, dar valor a lo que hace, puedan ser también una herramienta de salud para la mente y el alma y el cuerpo de todos nosotros. Quien sabe cuándo vas a ser tú el que ilumines la vida de alguien y eso le permita ver su camino mas claro.