Carmen y Manuel se acercaron desde el barrio de Villatoro y José Antonio y Carmen lo hicieron desde el G-3. Los cuatro llegaron al parque de La Quinta minutos antes de que el dúo Última Hora iniciara el concierto. «Somos los bailongos de la familia. Te lo bailamos todo. A mí me da igual que me pongas Shakira que Maluma, un pasodoble o una bachata. Hace años íbamos a la Cervecera, aquí cerca y al aire libre, o al Club Ciclista, pero ahora no tienes muchas opciones. En invierno vamos los domingos por la tarde a la Caché, que de 8 a 11 es música para mayores, pero debería haber otras posibilidades», afirmaron las dos parejas. 

A los asistentes al estreno del ciclo Tardes de Baile, que la Concejalía de Festejos ha puesto en marcha con idea de que se repita a lo largo del año en distintas ubicaciones, se les notaba eufóricos. «Chapó, chapó y chapó por esta iniciativa», afirmaba José Antonio antes de ponerse a bailar.

En la mayoría de los casos, lo primero nada más llegar fue acercarse a por el aperitivo que regalaba la Concejalía: una cuña de queso viejo tostado y una gilda de anchoa. Algunos lo acompañaron con cerveza o vino, las dos alternativas que se vendían como bebida. Y una vez cargadas las pilas, la pista de baile se fue llenando de parejas, grupos o solitarios.  Joaquín, por ejemplo, vino solo»: «Soy viudo y aunque se lo dije a mis hijas, no se han animado. Pero esto es lo mejor que hay. Para mí es como una gimnasia», aseguraba sin dejar de moverse y mientras recordaba que con su mujer habían ganado varios premios de baile en Benidorm.

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