La lupa informal de Tàpies

Agencias-SPC
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El catalán creó un estilo propio dentro del género abstracto que lo hace inigualable 100 años después de su nacimiento

La colección que se exhibirá primero en Bélgica llegará a la capital española y a la Ciudad Condal a partir del próximo enero. - Foto: EFE

Sujetó el pincel cuando era un adolescente y no paró hasta dos meses antes de morir en 2012, lo que le hizo pasar a la historia como uno de los pintores fundamentales de la segunda mitad del siglo XX. Es Antonio Tàpies, del que este año se cumple el centenario de su nacimiento en Barcelona, una efeméride que la Fundación que lleva su nombre celebra con varios eventos y exposiciones sobre una prolífica obra de siete décadas de producción que harán parada en Madrid, la Ciudad Condal y Bruselas.

La Guerra y las posguerra marcaron la adolescencia de un artista que por aquellos años ya tenía la sangre artística en sus venas, a pesar del aislamiento de España en el terreno cultural hasta, al menos, 1950, lo cual constituiría una grave limitación en su proyección. 

Pese a esas circunstancias, y también superponiéndose a una salud delicada (superó una enfermedad pulmonar que lo mantuvo postrado en 1942 y 1943), logró afirmarse en su vocación creativa y, después de abandonar su formación en Derecho, se orientó por los caminos de la vanguardia. 

‘Cruz y tierra’, de 1971.  ‘Cruz y tierra’, de 1971. - Foto: EFEComo otros jóvenes artistas de su tiempo, buscó intuitivamente una salida en la recuperación de lo censurado y en una acentuada búsqueda de cosmopolitismo.

Mostró gran fascinación por otros artistas del gremio como Paul Klee, Miró, Kurt Schwitters o Duchamp.

El mismo Tàpies siempre se declaró deudor de Miró y Picasso -sus grandes maestros-, aunque sus obras comparten poco o ningún parecido formal. 

‘Composición’, una de las serigrafías del prolífico artista. ‘Composición’, una de las serigrafías del prolífico artista. - Foto: EFESu producción durante siete décadas ha tocado un poco todos los géneros, desde el realismo, al surrealismo, pasando por sus pinturas matéricas. 

La estancia del catalán en París en 1950 fue esencial en la maduración de su lenguaje y en la ampliación de sus horizontes estéticos; en 1953 abandonó por completo la figuración mágico-surrealista y, desde entonces, inició una trayectoria personal que pronto lo convirtió en uno de los autores más relevantes del pasado siglo. Estuvo activo hasta su fallecimiento con multitud de aportaciones artísticas. 

Fue un autor muy culto, refinado y comprometido, además escribió varios libros, como La práctica artística (1970), L´art contra l´estètica (1974) o La realidad como arte (1989). Como creador, también ilustró textos poéticos de grandes escritores españoles y extranjeros.

La colección que se exhibirá primero en Bélgica llegará a la capital española y a la Ciudad Condal a partir del próximo enero.La colección que se exhibirá primero en Bélgica llegará a la capital española y a la Ciudad Condal a partir del próximo enero. - Foto: EFEEn 1990, inauguró en Barcelona la Fundación que lleva su nombre, cuya vasta colección se nutre de obras de los que fueron sus fondos personales y también de su biblioteca, repleta de volúmenes de arte y de una esmerada selección de publicaciones donde la mayoría hacen referencia a la cultura oriental. 

Bruselas, a sus pies

Ahora, a los 100 años de su nacimiento, la Fundación que lleva su nombre le rinde tributo con la exposición Antoni Tàpies, la práctica del arte, que inicia su recorrido en el museo Bozar de Bruselas (Bélgica) donde se muestran 120 piezas entre dibujos, pinturas y esculturas. Esta muestra también hará parada el próximo enero en el Museo Reina Sofía de Madrid y la Ciudad Condal y en la sede de su Fundación en Barcelona. Se mostrarán los autorretratos del autor, sus obras influidas por el surrealismo y el dadaísmo, así como sus primeras pinturas materistas, realizadas en los años 50, que incorporan materias primas, marcas y signos. 

La muestra busca que el visitante no solo se adentre en la experimentación con la forma y la materia, sino también en las dimensiones místicas y filosóficas.

El director General y Artístico de Bozar, Christophe Slagmuylder, consideró a Tàpies un «artista europeo por excelencia» al oscilar de forma constante entre el arraigo local y «una apertura que trasciende las fronteras entre regiones, naciones, tradiciones y continentes». «En nuestra época de cambio constante, su obra sigue siendo una fuente de inspiración», remarcó.

Asociado al «arte informal», Tápies no solo investigó sobre la materia a través del uso de arena, pelo o paja, sino que también exploró la percepción de la realidad y la naturaleza humana, y reflexionó sobre los límites y contradicciones de la pintura. Esta retrospectiva inaugura el Año Tàpies, para «pensar el mundo a través de su obra.