Un retablo artístico en la Noche Blanca

I.L.H. / Burgos
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El arte alejado del mercantilismo, la artesanía y la creación efímera definen 'La tortuga de Gauguin' con el que los franceses Lucamoros pintarán el espectáculo de gran formato del 20 de mayo

Dentro de una estructura de 9 metros, 6 artistas crean obras detrás de lienzos transparentes. Desde un piso inferior les guía una narradora y la música en directo. - Foto: Marc BERNARD

Programa completo por horas de la Noche Blanca burgalesa


Queda poco más de una semana para celebrar esa jornada de exhibición de la cultura gratuita y abierta a los ciudadanos denominada Noche Blanca. El sábado 20 de mayo se abrirán edificios y museos, se sucederán los talleres y visitas didácticas y se programará más de un centenar de actividades repartidas por buena parte de la ciudad. La Gerencia Municipal de Cultura que preside Rosario Pérez Pardo ultima un programa en el que, como viene sucediendo desde que se instauró en 2008, habrá una amplia participación de artistas y colectivos locales: este año se presentaron 136 proyectos y se han seleccionado 42.

De entre las propuestas que se avecinan -y cuyos detalles se irán conociendo en los próximos días, según vaya cerrándose el programa- hay un espectáculo especial, un montaje impactante y a la vez poético, entre la performance y las artes visuales que desde aquí les recomendamos no perderse. Se llama La tortuga de Gauguin y lo llevará a escena la compañía francesa Lucamoros sobre una estructura de nueve metros de altura dividida en compartimentos que asemeja un retablo.

En los tres pisos superiores, seis artistas irán creando obras detrás de lienzos transparentes, mientras en la parte inferior una actriz y la música en directo guiarán al espectador por la magia de una creación que nacerá para morir inmediatamente, ya que según vayan pintando esos impresionantes lienzos irán desapareciendo. 

Desde esa tribuna Lucamoros reivindica el arte efímero, la artesanía y la creatividad manual y la creación alejada del mercantilismo. En ese gran retablo en movimiento, ese caballete gigante que cobra vida, son importantes también las sombras, las reflexiones de la narradora, la música escénica, los efectos visuales y el proceso de elaboración de una obra artística, tan alucinante como la imagen que resulta de la pieza terminada. 

El título del montaje, La tortuga de Gauguin, alude a una anécdota relacionada con el pintor posimpresionista, que durante una de sus estancias en las islas Marquesas pintó el caparazón de una joven tortuga. «Me gusta pensar que gracias a la longevidad de la que disfruta esta especie, una obra del pintor, a la vez que se libra de la codicia de los especuladores, sigue todavía en la actualidad surcando los grandes fondos en su pequeño museo ambulante», explica la compañía fundada por Luc Amoros, experto en el teatro de sombras y teórico del teatro de marionetas y títeres.

En la edición número doce de la Noche Blanca burgalesa habrá además otros espectáculos visuales de gran formato, relacionados algunos con los videomapping en fachadas como la Catedral o el Arco de Santa María e instalaciones de luz en las orillas del río. Sin disponer aún del programa, se conocen también algunos conciertos de agrupaciones locales, visitas guiadas a instalaciones como el Cenieh (donde ya se pueden reservar las invitaciones) o exhibiciones de disciplinas artísticas. Queda cerrar detalles y horarios para iluminar una noche que presume de intensa.