Compatibilizar el ocio nocturno, la economía asociada al mismo y el descanso vecinal no es tarea fácil. Nadie quiere tener bares de copas, discotecas o pubs cerca de sus casas por las molestias y el ruido que conllevan aunque a todos nos gusta disfrutar de estos lugares, que por añadidura aportan empleo y riqueza a la ciudad. El equilibrio es complicado pero para eso están las normas que lo regulan. Los cambios en los hábitos de los burgaleses, apostando más por el horario de tarde que el nocturno, y la modificación de la normativa de la Junta de Castilla y León para elevar el límite de decibelios que pueden emitir los bares ha obligado al Ayuntamiento de Burgos a revisar los niveles de ruido en las denominadas Zonas Acústicas Saturadas (ZAS), fundamentalmente las que más negocios de este tipo concentran: Las Llanas y Las Bernardas y los entornos de San Juan y La Puebla. No se habían actualizado desde 2013.
Pues bien, las mediciones y el informe realizado por el Centro de Estudio y Control de Ruido S.L., la empresa adjudicataria del contrato, ya están sobre la mesa del concejal de Medio Ambiente, Carlos Niño, y ponen de manifiesto que en los casos de Bernardas y las calles La Puebla y San Juan los niveles no sobrepasan en más de un 10% el límite de los 55 decibelios permitido en varios de los puntos medidos, lo que abriría la puerta a que dejaran de ser zonas saturadas y, por lo tanto, se levantaría la prohibición de conceder nuevas licencias, un extremo que esta calificación impedía desde 2004 cuando se declararon por primera vez y se confirmaron en 2013 con la nueva revisión. «Las mediciones han dado bien dentro de los límites, de modo que iniciaremos el expediente para que dejen de ser zonas saturada. Hay que cumplir lo que dice la ley», subrayó el edil.
La reducción del número de locales de ocio nocturno por un cambio en los hábitos, las obras realizadas en los locales para mejorar la insonorización y la obligación de instalar limitadores de ruido en los locales o los ajustes que la administración regional ha realizado en los horarios de apertura han sido determinantes para que los niveles de ruido estén dentro de la normativa aunque habrá quien discrepe de esa percepción, especialmente los vecinos que residen en los bloques más próximos a los establecimientos de ocio.
La decisión de que Las Bernardas y San Juan y La Puebla dejen de ser ZAS se debatirá en una próxima reunión de la Comisión de Medio Ambiente con todos los informes sobre la mesa. Posteriormente, el expediente tendrá que ser aprobado en el Pleno del Ayuntamiento y publicarse en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP) para someterse a un periodo de exposición pública en el que se puedan presentar alegaciones, de modo que todavía queda un largo recorrido hasta que esta decisión sea una realidad.
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