El comercio frena el ritmo de cierres tras perder 50 en 2 años

B.G.R. / Burgos
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El equipamiento de la persona y del hogar acaparan los ceses, mientras crece la cifra de negocios vinculados a la belleza o el bienestar

El comercio burgalés frena el ritmo de cierres pese a perder medio centenar en dos años. - Foto: Alberto Rodrigo

El goteo de cierres que acecha al comercio tradicional continúa, aunque con menos fuerza que en pasados ejercicios. Los ceses se cebaron en 2019 con el sector de la alimentación, mientras que en el 2020 fue el del equipamiento de la persona el más afectado debido a las consecuencias negativas que trajo consigo la pandemia y de la que aún no se ha recuperado. Frente a esta situación surge un nicho de mercado vinculado a servicios que requieren de presencialidad y cuyas aperturas han permitido reducir a la mitad la cifra de clausuras registradas en los dos últimos años.

En su Observatorio del Comercio, la patronal del sector (FEC) contabiliza un total de 2.027 establecimientos en el término municipal de Burgos, frente a los 2.079 registrados en 2021, lo que arroja un saldo negativo de 52 negocios. A través de su Sistema de Información Geográfica Comercial (GISCOM), la entidad localiza y desgrana la evolución de cada actividad especializada, que divide en alimentación, equipamiento de la persona, equipamiento del hogar y negocios que presentan un alto componente de servicio para el cliente.

En el caso de la alimentación, donde también están incluidos los grandes establecimientos, se ha pasado de 723 a 693, lo que supone una bajada del 4,15%. Son sobre todo estos últimos los que experimentan un fuerte crecimiento del 19,23%, mientras que los productos secos se quedan en tan solo un 1,23%. Frente a este balance positivo, el resto presenta una evolución negativa (carne, frutas y verduras, o pan y lácteos), con las pescaderías a la cabeza en términos porcentuales (18,6%) al haber desaparecido once.

Las tiendas de calzado, complementos, ropa, además de las de ocio, cultura y deporte, continúan su descenso, aunque este también se ha ralentizado en su conjunto. Solo las segundas experimentan un leve ascenso con tres aperturas, mientras que disminuye la presencia del resto, con especial atención a las de ocio, cultura y deporte al contabilizarse 28 menos, que se suman otras 15 del textil. Las de zapatos apenas registran variación.

La tendencia al alza que experimentaron los negocios vinculados al equipamiento del hogar, principalmente durante los años centrales de la pandemia, no solo se ha frenado sino que ahora se torna a la baja. La FEC computa 349, frente a los 371 de hace dos años, siendo el sector de muebles el que arrastra dicha caída. Frente a esta evolución, el bricolaje y la decoración suma 15 nuevos establecimientos en la capital.

La distribución sectorial de este estudio se completa con los comercios con alto componente de servicio, entre los que se levantan 42 nuevas persianas. Se trata de droguerías y perfumerías, floristerías y tiendas de animales, gasolineras, y sobre todo aquellas relacionadas con la salud (ópticas, centros de estética o de bienestar), seguidas de vehículos y maquinaria, y servicios varios, que incluyen desde reparación de calzado hasta informática.

Presencialidad y relevo. Los motivos que explican esta evolución son varios, según asegura la presidenta de la patronal, Consuelo Fontecha. Por un lado, hace referencia a esos servicios «que no se pueden obtener a través de una pantalla digital», al igual que al hecho de que cada vez existe una mayor conciencia respecto al cuidado personal. Y, por otro, apunta a la falta de relevo generacional en el caso de las pescaderías, pero por cuestiones de rentabilidad frente al tirón de las medianas superficies. «Los metros comerciales crecen, pero se reduce el número de pequeños establecimientos», concluye.