Lo primero que alertó a Laurentino Pascual cuando como cada día pasadas las ocho de la mañana llegó a su explotación ganadera en el monte fue ver roderas de furgoneta, y no de una, dice, parece que de varias. La sorpresa no se hizo esperar cuando al hacer el recuento se percató de que le habían desaparecido 150 corderos lechales y chivillos -para vender en una semana-, con un valor en el mercado en torno a 15.000 euros, en un momento además, en el que el precio de este producto se ha incrementado considerablemente, y otras 50 cabezas de ovejas madres y cabras, por un coste en torno a los 5.000 euros. 

El robo del ganado tuvo que producirse, como él mismo explica en la denuncia, entre las 20,00 horas del día 30 de noviembre y las 08,00 horas del día 1 de diciembre. La lógica de ese horario está en que él, como cada día, hacia las 20,00 de la tarde recogió el ganado y se marchó a su casa, y fue al volver por la mañana cuando se percató del robo. Este ganadero presentó inmediatamente denuncia ante la Guardia Civil de Burgos el mismo día 1 en cuanto descubrió que había sido objeto del robo de los lechazo y las ovejas y cabras. 

Laurentino Pascual, natural de Segovia, aunque tiene su explotación en la Merindad de Río Ubierna, está consternado con este suceso y la pérdida cuantiosa de dinero, y temeroso de que la situación se pueda repetir.

El tiene algunas sospechas, insinúa, pero sin ninguna prueba que aportar en su denuncia ante la Benemérita, cuyos miembros volvieron ayer de nuevo a la granja para examinar otra vez con más detalle para descubrir posibles indicios, ya que el primer día, además, se había dado la circunstancia de que llovió bastante y se complicó ese trabajo. 

Lo que si parece es que los autores accedieron por una puerta de acceso de vehículos que linda con el camino de entrada a la finca, en ambos lugares detectó las roderas de vehículos que no se corresponde con el suyo. 

Laurentino espera que se puedan obtener algunas pruebas, incluso, por las roderas de la furgoneta, -difícil por el barro acumulado, reconoce-, para esclarecer quien puede estar detrás de este robo. 

El temor de este ganadero es que se pueda repetir y alertan, tanto él como el sindicado agrario al que pertenece, la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), a que los dueños de explotaciones extremen los cuidados para evitar que les suceda lo mismo que a este ganadero de la Merindad de Río Ubierna, que ayer volvía a subir hasta la tenada, como cada día,  donde tienen sus cabezas de ganado para sacarlas a pastar.

 Otro detalle que cuentan desde el sindicato agrario, es que los autores del robo adormilaron con alguna sustancia a algunos de los perros mastines que tiene, dos al menos, antes de acceder a la finca  y hurtan el ganado. 

Laurentino Pascual vende el ganado a un mayorista que los lleva al matadero de Incarsa para su sacrificio y distribución posterior,  una situación que se intensifica en estas fechas teniendo en cuenta que es un producto muy consumido en Navidad.