Vínculos emocionales

MÓNICA PURAS (SPC) / Burgos
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Las mellizas Cristina y Susana Albillos cubrían las bandas del primigenio equipo Rayo Burgalés

Las mellizas Cristina y Susana Albillos cubrían las bandas del primigenio equipo Rayo Burgalés. - Foto: Luis López Araico

La pasión por el fútbol en Susana y Cristina Albillos les viene de la ciencia infusa. Su padre siempre ha tenido afición por el fútbol, pero nada más allá. Lo de ir siempre juntas a cualquier sitio es genética, ya que son mellizas, y lo de recalar en el primigenio Rayo Burgalés es porque se apuntaban a un bombardeo, aunque una lo hiciera por el lateral derecho y su hermana, por el contrario. 

Empezaron con 15 años. Socias por motu proprio del Real Burgos cuando estaban con Juric, Balint, Elduayen, «era locura por el fútbol. Nosotras no veíamos películas. Siempre deporte: fútbol, la Vuelta, tenis, atletismo… Veníamos de Buniel con nuestra amiga Yoly a todos los partidos de los domingos al fondo sur del Plantío...», rememoran.

«En el instituto conocíamos a Leticia Martín y nos informó de una liga interparroquial de fútbol sala de chicas. Y todo fue de la mano... Luego Isabel y Susana Uriarte nos vinieron a buscar porque estaban intentando conformar un equipo de fútbol hierba», añaden. Y, no necesitaron mucho tiempo para convencer a las mellizas, rápidamente dieron el 'sí'.  

Nuestro padre venía a vernos jugar y nos llevaba donde hiciera falta. Era aficionado, pero nosotras éramos socias del Real Burgos porque nos apasionaba el fútbol»

Disfrutonas fueron, son y serán a juzgar por sus sonrisas abiertas, su buen humor y su don de palabra. También afirman rotundas que «no teníamos ni idea. Una cosa es que te gusta y otra es practicarlo. Da a un balón que llegue a varios metros, no lo subas, que vaya raso, al pie... En fin, era dificilísimo. A base de entrega, entrenamientos y de paciencia de gente que apostó todo por nosotras como Adolfo Cires salimos adelante. Al principio encajábamos goleadas, luego fuimos mejorando», se reafirman, aunque 'Cris' abandonó antes y antes de irse pasó por el filial «no se me daba bien», pero 'Susi' siguió, jugó los años de Superliga en la máxima división, fue a varias convocatorias de la selección de Castilla y León, y disputó la final de la Copa de la Reina. 

«Entrenábamos tres días a la semana y luego el partido, estudiábamos y salíamos de fiesta. Organizándote podías hacer de todo. Pero estábamos comprometidas 100 por 100», argumentan sobre sus primeros rondos con sus entrenadores Adolfo Cires, Amós Martín o el portugués Coutinho.

A mí no se me daba bien. Siempre preguntaba a una de las trillizas, a Bego, que cómo le daba al balón»

'Susi' hace un inciso y reconoce que «a mí el fútbol me ayudó a sacarme la carrera. Me impulsó porque jugar en equipo te aporta unos valores muy buenos como el esfuerzo, trabajo, compromiso, constancia, compañerismo. Todas vivíamos por lo mismo. Daban igual las goleadas era un disfrute colectivo». 

La carrera de 'Cris' terminó un poco antes, «puedo contar como anécdota que me hacía daño al dar al balón y que se me caían las uñas. Pedía consejo a Bego, una de las trillizas, porque a ella se le daba bien», mientras que 'Susi' alargó su estancia hasta los 26 años, «cuando ya fue incompatible con el trabajo».

Idolatraban a todos los jugadores del Barça «teníamos muchas discusiones sanas porque muchas de las compañeras eran merengues», especialmente al tío de Rafa Nadal (Miguel Ángel), tanto que una vez 'Susi' logró 'colarse' en una rueda de prensa de Johan Cruyff, cuando Laudrup, Koeman... se alojaron en el Hotel Puerta de Burgos. 

Mis convocatorias con la selección de Castilla y León fueron muy especiales, era todo muy profesional»

Lo daban todo por jugar y hasta por no faltar a los entrenamientos, «alguna vez nos 'pirábamos' alguna práctica en la facultad de Químicas», se codean mientras ríen, «el fútbol era un hobby que nos tomamos muy en serio», aunque tenían muy claro desde el inicio que «había que tener un plan B», más bien un primer plan enfocado en sus estudios.

Ahora les ha entusiasmado que el fútbol femenino español haya llegado a la cumbre con la obtención de la Copa del Mundo, «vamos un poco tarde, pero hemos llegado», puntualizan o que una de sus hijas-sobrina les guste mucho el fútbol. En el Rayo Burgalés y el Nuestra Señora de Belén no consiguieron muchos títulos, pero «estamos súper orgullosas de esa etapa. El esfuerzo de unas chavalas que nació con nosotras, no ha parado en más de 30 años», recalcan. 

El fútbol me ayudó a sacarme la carrera. Me impulsaron todos sus valores: esfuerzo, trabajo, compromiso, constancia»

Encajaron muchas derrotas y celebraron muchas victorias. Aprendieron de todas ellas, pero lo que se perdura de esos inicios es por encima de todo las «amistades, pero con mayúsculas».