La Policía Nacional ha culminado con éxito la investigación iniciada hace algo más de un mes después de recibir denuncias de varios robos en pisos de la capital burgalesa. El botín era del de siempre: joyas, dinero en metálico y pequeños aparatos electrónicos, efectos todos sencillamente transportables y con fácil salida en el mercado negro. Los cacos se movieron por toda la ciudad, con asaltos en la zona sur, en el G-3 y también en Gamonal. Fue tras un robo en una vivienda en este barrio cuando los ladrones -dos ciudadanos de origen georgiano- fueron detenidos.

Como en un buen número de ocasiones, la colaboración ciudadana resultó fundamental para dar con ellos. En la tarde del jueves día 20 de octubre el 091 recibió la llamada de un vecino de Gamonal que informaba de la presencia de dos individuos sospechosos que acababan de salir de un portal. La Comisaría montó un operativo a marchas aceleradas para atraparlos. Aunque no pudieron hacerlo nada más producirse el asalto, la Brigada de Policía Judicial montó una 'operación jaula' para taponar todas las salidas de la ciudad a fin de que no pudieran huir en dirección Madrid, lugar en el que tenían su residencia permanente.

El dispositivo dio resultados, puesto que en la red que tejieron los distintos coches patrulla para impedir su salida los cacos acabaron cayendo. En la inspección del vehículo en el que viajaban fueron halladas herramientas para forzar puertas y los efectos del último asalto, de manera que existen pruebas suficientes para su condena. Ya han pasado a disposición judicial y han sido enviados a prisión provisional. En un principio la Policía Nacional les atribuye cuatro robos y quizá sean responsables de otros en localidades de la ruta Madrid-Burgos.

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