Cuando Burgos fue la ciudad de las viviendas ultrabaratas

G. ARCE / Burgos
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La barriada de San Juan Bautista -urdida por Juan Yagüe- fue la mayor operación urbanística de la posguerra, destinada a ahuyentar a los obreros de la «contaminación» del comunismo

Cuando Burgos fue la ciudad de las viviendas ultrabaratas - Foto: Servicio Militar de Construcciones

Hablar de casas ultrabaratas en el contexto actual de precios y carestía de la vivienda parece pura fantasía, pero hubo un tiempo en el que se utilizó y se aplicó este término para promover las barriadas destinadas a las familias más humildes. La burgalesa de Juan Yagüe, hoy denominada de San Juan Bautista, fue, con sus 330 viviendas y sus más de 2.000 vecinos, un referente de la promoción de vivienda en la España de los años 40, una realización tan singular y personal como lo fue su promotor y sus circunstancias.

Todo ello queda exhaustivamente documentado y analizado en Los grupos de casas ultrabaratas de la Obra Sindical del Hogar en los años 1940. Las barriadas del General Yagüe, obra del profesor de Urbanismo en la Escuela de Arquitectura de Valladolid Luis Santos y Ganges, vecino de la barriada burgalesa y con raíces familiares entre sus primeros beneficiarios.

El libro, editado por la Universidad de Valladolid, tiene su origen en un trabajo previo del profesor Santos y Ganges sobre la Obra Sindical del Hogar, la constructora de la Falange.En este caso, además de sus vivencias en este enclave urbano, pesó su curiosidad por el término 'ultrabaratas', del que se apropió el que fuera capitán general de la Sexta Región Militar entre 1943 y 1952 y que, en realidad, nunca existió legalmente. La ley hablaba de 'vivienda de renta protegida', de 'renta reducida' o de 'casas baratas', pero no de 'ultrabaratas'. «Lo que se buscaba con este término era conseguir viviendas que realmente fueran asequibles a la gran masa obrera. Las 'casas baratas', como las de la barriada Nebreda, eran para miembros de la Falange, para los funcionarios y para la clase media, no para los pobres. Yagüe quiere dar un techo a los más humildes y desfavorecidos de Burgos, buena parte de los cuales quedaron en unas condiciones vitales malísimas tras el final de la Guerra Civil».

El urbanista e historiador Luis Santos y Ganges.El urbanista e historiador Luis Santos y Ganges. - Foto: Alberto Rodrigo

Dos años después de asumir la Capitanía, en 1945, se lanza a construir barriadas en Burgos, primero, y luego en Miranda de Ebro, Soria y en Logroño, aunque esta última no la vería el militar terminada en vida. En total, casi se levantaron un millar de casas ultrabaratas, eso sí, siempre con el apellido 'Yagüe'.

Este tipo de viviendas apostaban por la propiedad diferida, por las cuotas de amortización. Es decir, su titular era la Obra Sindical del Hogar y el adjudicatario pagaba una cuota de unas 30 pesetas al mes durante 20 años, momento en el cual se activaba la opción de compra (lo que hizo la mayoría en 1965), o se sumaban otros 20 años más de cuotas para terminar siendo propietario.

Hoy apenas quedan viviendas originales, sin añadidos ni reformas. En origen, disponían de 50 metros cuadrados construidos donde los que se distribuía un salón-cocina-comedor, un pequeño baño y tres dormitorios obligatorios: uno para el matrimonio y los otros dos para el hacinamiento en camas en altura de los niños, por un lado, y de las niñas, por otro. En los 40 las familias eran numerosas, pero no de tres hijos como hoy.

Detalle de las casas adosadas en la barriada San Juan Bautista.Detalle de las casas adosadas en la barriada San Juan Bautista. - Foto: Archivo Municipal

«Eran casitas muy elementales, construidas de manea muy rápida (en un año se levantan las 150 viviendas de la primera fase), con madera, ladrillo y suelos de cemento. Tenían una sola planta y había diferentes modelos». 

Su singularidad, que ha permitido la casi total reconstrucción de la barriada en los últimos años, es que se ubicaban sobre un gran terreno de unos 350 metros cuadrados o más, pensado en aquel entonces para que los inquilinos pudiesen criar animales y cultivar huertos para su sustento.

La barriada contaba con iglesia, escuelas, las casas del cura y de los maestros, un centro de alimentación infantil, un dispensario médico, el hogar del Frente de Juventudes, el hogar del Productor...

Yagüe. Santos y Ganges, que también es doctor en Historia, defiende en su estudio la trascendencia que tiene para este proyecto la personalidad singular y la condición de falangista de Yagüe, algo, por cierto, «ilegal» para un militar «que fue un héroe y, a la vez, un criminal de guerra», sostiene el profesor. El general, recuerda, estuvo dos años confinado por sus maniobras para que España participase en la II Guerra Mundial junto a Alemania, algo que Franco, compañero de promoción militar, nunca quiso.

«Un capitán general en los tiempos de Franco era como un virrey, la última instancia judicial y policial en plaza y con el poder que cada cual estimase.En el caso de Yagüe era también un falangista empeñado en la rehabilitación de la gran masa obrera contaminada por los comunistas, por los rojos...».
Yagüe era íntimo de José Antonio Girón de Velasco, ministro de Trabajo, secretario general del Movimiento y con competencias en vivienda, «lo que le vino perfecto para hacer lo que le diese la gana, entre otras cosas, sus barriadas».

De hecho, se lanzó a hacer casas ultrabaratas en Burgos cuando la Obra Sindical del Hogar estaba proyectando la barriada de Illera/De los Ríos (que tuvo que pararse) y cuando apenas disponía de presupuesto. El general quería una promoción con su nombre y empezó a hacerla «sin aprobación ninguna y sirviéndose del Servicio Militar de Construcciones, una unidad militar bajo su mando con la que también construyó la Ciudad Deportiva Militar, la residencia de oficiales, las viviendas de suboficiales o los cuarteles de Sanidad y Automóviles».

Los terrenos de la barriada, ubicados en las afueras de la ciudad, entre la prisión y la Fábrica de la Moneda y Timbre, los compra el delegado sindical de Sindicatos «saltándose todos los procedimientos», sin contar, desde un primer momento, ni con la Obra Sindical del Hogar ni con el Instituto Nacional de la Vivienda. «Yagüe quiere compensar a toda costa todas las obras que está haciendo para los militares en Burgos con este proyecto para los civiles».

Y utiliza todas sus influencias políticas para poner en marcha el proyecto, incluso se sirve de los militares de reemplazo «a tiempo parcial», de los camiones de los cuarteles y de un destacamento penal, integrado por presos redimiendo penas por la mitad de salario.

«Por si fuera poco, recurrió a su amigo Girón para pedirle un millón de pesetas cuando lo necesitó, dinero que sale de la Junta Nacional del Paro y que permite construir la iglesia y las escuelas de la barriada y abaratar las cuotas».

'A dedo'. Santos y Ganges detalla que hasta el año 49, la Obra Sindical del Hogar no tenía fijada una fórmula para la adjudicación de las viviendas públicas. De hecho, la gran mayoría eran concedidas 'a dedo' a falangistas, excautivos, excombatientes y familiares de caídos. «En Burgos, el general estableció una fórmula: se dividiría la renta por el número de miembros de la familia, lo que permitió reunir en la barriada a muchas familias numerosas y muy pobres».

Pero la fórmula de Yagüe solo se aplicó en la primera fase. Para la segunda, que se entregó en el 49, constituyó una cofradía (con su nombre) vinculada a la parroquia de San Juan Bautista (que también lleva su nombre). «Pero no encontró a nadie que quisiese ser cofrade y se enfadó por la carencia de moralidad reinante. Ante esto, entre un 10% y un 20% de la segunda fase se reservó para policías armados, policías municipales, funcionarios de prisiones, es decir, para gente de orden que asegurase la moralidad». Sí, Yagüe «hizo mucho por Burgos, pero siempre a su manera».