Se tarda casi más en decir su nombre completo que lo que ha estado activa la Plataforma por las Infraestructuras y la Sanidad de la Ribera del Duero Burgalesa. Una iniciativa comarcal para alzar todos la voz a una en la que se implicaron, de inicio, más de una docena de colectivos al rebufo de la revuelta de la España Vaciada. Sindicatos, empresarios, partidos políticos y otras plataformas más específicas en su motivación conformaron el arranque de lo que iba a ser un músculo de reivindicación para luchar por las necesidades de este territorio. Era 2019 cuando daba sus primeros pasos y en su haber sólo tiene la coorganización de una marcha lenta por la N-122, junto con Soria Ya y A-11 Pasos, de la localidad vallisoletana de Peñafiel.

Desde entonces, silencio. Ni convocatorias, ni comunicados públicos, ni reivindicaciones. Silencio como el inactivo grupo de whatsapp que comparten los representantes de los diferentes colectivos que conforman esta plataforma genérica y general. El secretario de su junta directiva, Héctor Ibáñez, gerente de la ADRI Ribera del Duero Burgalesa, constata que esta entidad tiene sus estatutos registrados y su número de NIF, que han llegado incluso a mantener reuniones «con entes interesados», pero poco más. De hecho, otros integrantes de la plataforma desconocen incluso en qué punto de su formalización está.

No es que se haya acabado la Autovía del Duero, ni que se haya reabierto la línea del Directo o que se hayan solucionado todos los problemas sanitarios. Muy lejos de la realidad y sus implicados lo reconocen. «Está bastante parada la cosa, tratamos de ponerlo en marcha y se quedó poco más que en una declaración de intenciones», reconoce el elegido como portavoz, Jorge Melero, del sindicato CCOO. «En una reunión que mantuvimos con Asemar para conocer a la nueva presidenta, lo comentamos con su antecesor, Roberto Rojo, y Rubén Moro de CCOO, y comentamos que para lo que se está haciendo es mejor que no esté», confesaba Sonia González, secretaria comarcal de UGT. «Podemos decir que está en stand by, no conseguimos ni constituirla jurídicamente», apunta de forma diplomática Roberto Rojo.

Esta inactividad la achacan parte de sus integrantes a diversos factores, coincidiendo muchos de ellos en una falta de acción conjunta, que era en teoría para lo que se creó esta plataforma generalista. «Ha desvirtuado mucho el tema el que otras plataformas, aunque estaban más o menos incorporadas e integradas, siguen yendo por su cuenta y hacen la batalla por libre, lo que la ha dejado inutilizada», lamenta el que fuera presidente de FAE Asemar en el momento de su creación, Roberto Rojo. Un análisis en el que coinciden también otros participantes de esta plataforma casi fantasma.

La inclusión de los partidos políticos en esta suma de voces también la consideran un error. «El problema es que nos equivocamos al intentar hacerlo con los partidos políticos y eso es muy difícil en Aranda», asegura rotundo Melero. «No se pueden meter grupos políticos bajo ningún concepto, quisimos que estuviesen todos y eso lo ha desvirtuado mucho», reconoce Rojo, aunque «la propuesta era muy buena, pero somos muy complicados aquí, hay muchos protagonismos personales».