La sensatez no envejece

DB / Burgos
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Regina Pérez Guadilla cumple hoy 105 años • Natural de Villasandino, ha ejercido como modista y colaborado con varias ONGs

Regina celebrará su cumpleaños con la visita de sus sobrinos. - Foto: Luis López Araico

Nunca se separa de un rosario que lleva acompañándole más de cuatro décadas y en la silla de ruedas mantiene siempre las piernas cruzadas. Nerviosa por los preparativos de la fiesta que le organizan en la residencia Santa Teresa Jornet, Regina Pérez Guadilla no quiere que le atosiguen con preguntas sobre su vida, y tampoco quiere que las monjas del centro de la carretera Poza se gasten dinero en celebraciones. «Todas las atenciones para hoy, y mañana, ¿qué?», aseveraba  consciente del protagonismo que le otorga cumplir 105 años. Pero pasar la centena y mantener la perspicacia intacta merece cuando menos interrogar a su ingenio, aunque sea de vez en cuando.

Natural de Villasandino e hija de labradores, Regina Pérez se crió en Burgos desde pequeña. Devota de la parroquia de Santa Águeda, es capaz de nombrar a buena parte de los párrocos que han pasado por esa iglesia a la que le sigue dedicando algunos de sus rezos. Antes de formar parte de ese barrio,  vivió en la calle Valladolid, junto a la antigua fábrica de harinas.

Soltera con varios hermanos, ha trabajado buena parte de su vida como modista haciendo encargos desde casa. Si echa la vista atrás, recuerda haber colaborado con asociaciones y ONGs como Cáritas, Cruz Roja y la revista El pan de los pobres, vinculada a la  Sociedad de San Vicente de Paúl.

Quizá ese ingenio -y a veces genio- que desvela de vez en cuando hace que a Regina todo el mundo le conozca en la residencia, aunque apenas lleva un año,: «Es independiente para casi todo. Bueno, hay que echarle una mano, pero se vale bastante bien por ella misma. Y no necesita tomar ningún medicamento. El único problema de salud que tiene es la edad», asegura sor María José, una de las monjas que está a su cargo.

Hoy celebrarán sus 105 años con regalos, tarta y la visita de sus sobrinos: «Vendrán los que puedan venir», sentencia cuando se la pregunta por el número.