La Cueva de La Ermita oculta un gran potencial arqueológico

B.A. / Hortigüela
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El equipo de Policarpo Sánchez se topó con ella cuando excavaba en el interior del yacimiento del Paleolítico Medio, en el que vivieron neandertales. Hasta la fecha había pasado desapercibida y podría superar los 30 metros

El equipo de arqueólogos, que también excava en Cueva Millán, espera que la nueva cámara de La Ermita contenga al menos niveles del Musteriense. - Foto: F2estudio

La «gran sorpresa» de la campaña de excavaciones que Policarpo Sánchez y su equipo está desarrollando en Hortigüela ha sido el descubrimiento de una nueva sala en el interior de Cueva de La Ermita, «lo que implica duplicar el potencial arqueológico de este espacio», explica el director de estos trabajos de investigación de una época del Paleolítico Medio en la que vivieron los neandertales. Se trata de una nueva cámara que hasta la fecha había pasado desapercibida, con una superficie que podría superar los 30 metros y a la que se accede por una gatera, ya que está prácticamente colmatada de sedimento. 

«La hemos bautizado como Sala Moure en homenaje a José Alfonso Moure, un gran prehistoriador y que ya realizó en 1971 una primera excavación en ella junto a Germán Delibes de Castro. Fue casi de urgencia, porque estaba previsto construir una presa en la zona y que iba a inundar el yacimiento».

En la superficie de esta cámara han aparecido decenas de piezas líticas y restos óseos, aunque carecen de un contexto estratigráfico. Esto último se debe a que el espacio ha sido utilizado como madriguera por los animales, que han removido la tierra y han ido sacando su contenido hasta esos niveles superiores. Respecto a las piezas líticas que se han encontrado hay algunas de muy bella factura, como una punta levallois, muy típica del Musteriense, y una raedera de tipo quina, también diagnóstica de la misma época. «Eso nos lleva a suponer que nos encontramos en una cámara que al menos va a contener niveles musterienses», explica el investigador. 

El equipo de arqueólogos, que también excava en Cueva Millán, espera que la nueva cámara de La Ermita contenga al menos niveles del Musteriense. El equipo de arqueólogos, que también excava en Cueva Millán, espera que la nueva cámara de La Ermita contenga al menos niveles del Musteriense. - Foto: F2estudio

Cueva de La Ermita se encuentra pegada al río Arlanza, muy próxima al monasterio de San Pedro de Arlanza y bajo la ermita de San Pelayo. El equipo liderado por Policarpo Sánchez ha decidido este verano excavar allí también para tratar de seguir dando respuestas a las hipótesis que les sugieren sus excavaciones en Cueva Millán, a un kilómetro y en la que trabajan desde 2017. Y lo que han encontrado han sido más preguntas. 

Cuantas más técnicas se han aplicado para datar la cronología de Cueva de La Ermita, más datos dispares han salido. A pesar de esto, los diferentes equipos que han trabajado en ellas antes han dicho que eran cuevas hermanas, casi gemelas, ya que las herramientas, las formas de trabajarlas y las materias primas eran similares, por lo que podría estar frecuentadas por los mismos grupos. Sin embargo, Policarpo Sánchez no se atreve a aventurarlo, al menos hasta que la investigación no esté más avanzada. «El Musteriense se desarrolla en una horquilla muy amplia de miles de años. Hay similitudes, pero que sean de carácter tecnológico no quiere decir que sean cronológicas», asegura. 

Cronológico y cultural. «Cogiéndolo con pinzas», Policarpo Sánchez estima que «hay similitudes», entre el material lítico encontrado en Cueva de La Ermita y el que han extraído del nivel 3 de Cueva Millán. Por eso, el trabajo de investigación que van a desarrollar en un futuro se va a centrar en tratar de dar respuesta a la pregunta de si ambas cuevas estuvieron habitadas en un mismo horizonte cronológico y cultural.

Respecto al trabajo en Cueva Millán, han continuado con las labores de campañas anteriores. «Ya hemos completado los niveles 1 y 2 y este año hemos terminado el 3, que lo abrimos el año pasado», detalla Policarpo, que añade que este último responde a una antigüedad de 53.000 años. De las catas han obtenido más piezas líticas, como las que preveían que iban a salir. Muchas de ellas de cuarcita verde, cantos que cogían directamente del río. También sílex, de un afloramiento próximo. En el caso de Millán, se cree que había un asentamiento de población ya que en su interior se realizaban diversas tareas domésticas, como la propia talla de las herramientas o la manipulación de los animales para comérselos. 

Policarpo, que está trabajado en Hortigüela con otros dos investigadores de la Universidad de Valladolid y uno del Cenieh, tiene la impresión de que acaban de empezar en ambos yacimientos por lo que aún les queda de obtener de ellos. «En Millán falta de excavar lo más pegado al abrigo, que puede ser donde más densidad de actividad haya quedado registrada, y en La Ermita acabamos de empezar. El proceso será largo», explica el historiador, que destaca el rico patrimonio de la comarca del Arlanza. 

El material que han recogido en esta labor de campo tiene que ser ahora analizado. «Nos va a dar mucha información y va a situar a esta comarca como un centro de referencia para comprender el final del Musteriense y el comiendo del Paleolítico Superior, que ha quedado documentado en los niveles superiores de Millán». Su idea, es que tras la investigación y la difusión, ambos espacios puedan convertirse en visitables. La Ermita, además, contiene grabados del siglo XVII y fue un eremitorio durante la Edad Media.