Techno y gregoriano para exhibir el patrimonio burebano

S.F.L. / Soto de Bureba
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Marc Vilajuana y Alejandro Narés recuperan el canto de los monjes y lo fusionan con música electrónica. El proyecto se recoge en un documental rodado en iglesias de la Bureba para difundir su riqueza artística

Techno y gregoriano para exhibir patrimonio

¿Qué tiene en común la música electrónica con el canto gregoriano? A priori, nada. Cada estilo cuenta con sus adeptos más fieles, unos más de ir a una rave, otros más de acudir a misa. También con unos espacios para disfrutar de las sesiones que nada se parecen: clubes vs. iglesias. Sin embargo, un dúo de artistas catalanes ha  dado con la fórmula mágica con la que complementan a la perfección los sonidos, que acaban por fusionar. Con un proyecto «narrativo, auditivo y visual» diferente aspiran no solo a promocionar un estilo musical propio, también presentar y acercar a un público joven al rico patrimonio de La Bureba y otras zonas de la provincia.

Gregotechno nace del interés por recuperar la memoria histórica de este canto -cuya primera aparición data del año 597 en Inglaterra a cargo de monjes y sacerdotes de la Schola Cantorum- mientras que los artistas recorren los templos y edificaciones curiosas para registrar y estudiar sus sonidos «con idea de formar una biblioteca de acústicas a futuro y que queden convenientemente inventariados y no se pierdan», explica Vera Herrero, periodista e impulsora del trabajo audiovisual.

La fusión entre el techno y el gregoriano, «interaccionado con videoarte del microcosmos en un directo inmersivo es la propuesta musical, escénica y audiovisual con peso histórico y ambiente de baile» suena, cuanto menos, peculiar. Pero los dos jóvenes artistas han aportado sus conocimientos y conseguido grabar su primer álbum realzando la identidad conceptual y poética de cada canto seleccionado y su texto para orientar el desarrollo de la música electrónica y los visuales de microcopia extraídos, en parte, de lugares sacros.

La impulsora del románico burebano Sheila Lamas (vestida de negro) acompañó a los artistas y al equipo de rodaje hasta la iglesia de Soto de Bureba, donde grabaron una pieza.La impulsora del románico burebano Sheila Lamas (vestida de negro) acompañó a los artistas y al equipo de rodaje hasta la iglesia de Soto de Bureba, donde grabaron una pieza. - Foto: GREGOTECHNO.

El primer EP (mini álbum) lo constituyen cinco canciones, todas ellas ligadas en un encuentro con las tres disciplinas y todas contrastadas en sí con su carga simbólica. En el caso del primero single publicado, Refloruit, el extracto del mensaje invita «literal e intuitivamente hacia el cambio de reflorecer, pedir y ser ayudado». El texto se manifiesta en el techno y los visuales del microcosmos mediante la «selección de elementos de características brillantes y florales». De ello se encarga Xavi Arqué, doctor en Nanobiología, que toma muestras de microorganismos en los espacios sagrados y naturales para estudiarlas y convertirlas en piezas de videoarte que acompañan las composiciones musicales. Entre las aficiones de Vilajuana -cantante lírico, bailarín y dramaturgo- destaca la investigación y recuperación de viejos cantorales para interpretarlos y devolverlos a la vida.

El proyecto de los catalanes no pasa desapercibido y ya son miles las reproducciones que sus temas acumulan en Spotify y Youtube. Herrero, «madrileña de nacimiento, pero burgalesa de corazón» se hizo eco de la existencia de Gregotechno y ofreció a los jóvenes rodar un documental -autofinanciado e independiente- sobre su labor. Acústicas pérdidas en Burgos, todavía en el horno, será la primera entrega, que no la última, de un ciclo de proyectos audiovisuales que circulará por las plataformas digitales con la que el equipo aspira a participar en festivales. La imponente puesta en escena en el interior del Monasterio de San Pedro de Arlanza, la Iglesia de Santa María de Quintanilla de las Viñas, la Ermita de Santa María del Valle de Monasterio de Rodilla, las canteras de Hontoria, el castillo de Poza de la Sal y la Iglesia de San Andrés de Soto de Bureba invitan a viajar en el tiempo envueltos en bases que consolidan una escena comparable a los clubes más íntimos de Berlín, la cuna del techno en Europa.

Campanas y órganos. En el proyecto multidisciplinar también aporta su granito de arena Pol Fontanals. Entre sus funciones, resalta la captación de impulsos de sonido mediante la repetición para conocer cómo sonaban antiguamente los espacios, su influencia en la cultura y las modificaciones que han sufrido a lo largo de los siglos. Prepara un registro de acústica de campanas y órganos de iglesias del territorio.