El cribado de detección precoz del cáncer de colon ha recuperado el ritmo tras el parón del año pasado, con 736 personas derivadas en 2021 al HUBU y a los dos hospitales comarcales por haber dado positivo en el test de sangre oculta en heces. En estos casos se recomienda la realización de una colonoscopia para determinar si la causa del sangrado es un tumor, un pólipo con riesgo de malignizarse (u otras), pero solo a 102 se les había realizado esta prueba diagnóstica hasta el pasado 18 de agosto, según datos oficiales de la Junta. Es decir, que el 86% de las colonoscopias recomendadas este año para la detección temprana de un posible cáncer colorrectal todavía están pendientes.

La Consejería de Sanidad no publica los datos de lista de espera de estas pruebas diagnósticas (solo los de las mamografías, ecografías, escáneres y resonancias magnéticas), pero hace meses que el HUBU arrastra un problema en esta sección, que la pandemia ha agravado; sobre todo, por la necesidad de reclutar profesionales de todos los servicios (especialmente de los clínicos, como es el caso de Digestivo) a la atención de los pacientes con covid, en detrimento de la actividad habitual de la especialidad en cuestión. En ese tiempo, la demanda de pruebas se ha mantenido, o incluso incrementado por la acumulación de diagnósticos tardíos, por lo que el HUBU decidió contratar en junio 500 colonoscopias con la sanidad privada, por un importe de 112.000 euros. 

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