Vender la droga antes de tenerla

F.L.D. / Burgos
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Muchas investigaciones se enredan en multitud de intermediarios que prometen mercancía ilícita que aún no han adquirido

Imagen de archivo de una incautación de droga por parte de la Guardia Civil - Foto: Alberto Rodrigo

De las operaciones anti droga sólo se conoce el resultado final. Una aprehensión de decenas de kilos, detenciones o el perfil del narcotraficante es lo que más suele llamar la atención. Pero para llegar al desenlace hay un minucioso trabajo previo. Días intensos de seguimientos, vigilancias nocturnas, intervenciones telefónicas siempre que el juzgado lo permita. Por no hablar de todas esos rastros que se siguen con fe y que, de repente, se pierden. La figura de los intermediarios del narcotráfico es lo que más suele complicar estas investigaciones.  

Antes de llegar al consumidor final, incluso de que la tenga en su poder el distribuidor a pequeña escala, la droga pasa por muchas manos. Más aún en el caso de las sustancias químicas como el speed. Primero el fabricante, después el transportista, el que la almacena, el que la distribuye a mediana escala, el traficante... Una interminable 'cadena de custodia' que los agentes del Grupo de Estupefacientes tienen que seguir para no perder la pista y, sobre todo, para sacar de la calle la mayor cantidad posible. 

Pero esto no es una ciencia exacta. Según se desprende de las operaciones policiales, las pesquisas quedan en vía muerta por la manera de proceder de los delincuentes. Y es que muchas veces algunos prometen mercancías que no sólo tienen en su poder, sino que para colmo ni siquiera han visto. El bucle, en muchos casos, es infinito.  

Empecemos por el final de la cadena. El consumidor acude sin éxito a su distribuidor para obtener su dosis. Este último le promete que en unos días llegará más mercancía. Pero en realidad no lo sabe a ciencia cierta. Es algo que previamente le ha prometido la persona que le suministra la droga en paquetes de uno o dos kilos. Pero es que seguramente este otro intermediario está en la misma situación. Es decir, sabe de la existencia de un cargamento, pero seguramente no lo ha visto. 

Todos dicen tener una droga, pero en realidad sólo es humo. Aunque un humo muy valioso, porque con ello van especulando acerca del precio, buscando así al mejor postor. Todo un conglomerado en el que, en ocasiones, se ven enredados los investigadores, que en ocasiones se ven obligados a 'enfriar' la operación para no retroceder hasta el punto de partida. 

Prueba de la dificultad del trabajo de los 'estupas' es la última operación, en la que consiguieron desmantelar un punto negro de speed y hachís en el G-2. Pese a tener constancia de que el detenido, un hombre de 35 años, era traficante a mediana escala, fueron necesarios más de seis meses de seguimientos, vigilancias y demás pesquisas para poder certificar el delito. 

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