La jota avanza en su carrera por convertirse en Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Una aspiración en la que se encuentran implicadas 15 comunidades autónomas, incluida Castilla y León. Este lunes, el Ministerio de Cultura y Deporte daba un paso más hacia esa meta con su declaración como Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial, un requisito previo necesario para que se ponga sobre la mesa de la Unesco, organismo de las Naciones Unidas que tiene en sus manos hacer realidad ese sueño colectivo. La tramitación del expediente implica «un reconocimiento y salvaguarda de la jota» y tendrá que ser el Consejo de Ministros quien, en el plazo máximo de un año, apruebe la declaración definitiva.
Burgos también participa en este juego a través de la Dirección General de Patrimonio de la Junta de Castilla y León. La secretaria del Grupo Tradicional Gavilla, Mariví Rodríguez Tobar, está siguiendo al minuto la hoja de ruta y ayer manifestaba su alegría por este paso adelante. «Contar con el apoyo del Ministerio de Cultura resulta muy satisfactorio. Es un avance», declaraba tras ver la publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE) del pasado lunes, que emplea 17 páginas en su justificación.
Orgullosa de haber aportado su granito de arena «con cuanta documentación de nuestros archivos nos han solicitado para avanzar en este proyecto», espera bailar la jota en 2024 ya convertida en patrimonio mundial, pero tampoco la importa si tiene que aguardar más. «Lo importante es que se consiga», concluye la responsable de este grupo, miembro del Comité de Folclore Ciudad de Burgos.
La carrera oficial de la jota hacia esta meta se inició el pasado 25 de octubre con la declaración como Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial por el Consejo de Patrimonio Histórico Español, convocado por el propio Ministerio, que ahora lo tramita.
Cultura explica que arropa esta iniciativa «por tratarse del más extendido, diverso, dinamizado y reinterpretado de todos los géneros tradicionales que componen el variado mapa sonoro y musical de España. La jota hace referencia a un género tradicional muy popular de música, cante y baile desarrollado hasta el momento actual». Y observa que en esta protección también ha tenido en cuenta que «se enfrenta a múltiples riesgos y amenazas, como las influencias exteriores, la globalización, la fosilización, la reconsideración negativa por parte de la sociedad, la pérdida de especificidad motivada por políticas globalizadoras o la falta de relevo generacional».