Estreno oficial de la reforma de Las Llanas

C.M.
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El alcalde y representantes de Ciudadanos y Podemos recorren la zona acompañados del equipo redactor de AU Arquitectos y AJO Taller de Arquitectura. La primera fase, con un coste de 1,6 millones, ha concluido y ahora falta cubrir la medianera

Vista del nuevo pavimento instalado. - Foto: Alberto Rodrigo

La remodelación de la primera fase de Las Llanas ha concluido y el alcalde, Daniel de la Rosa, y concejales de Ciudadanos y Podemos han recorrido la zona acompañados del equipo redactor AU Arquitectos  y AJO Taller de Arquitectura y las arqueólogas que llevaron a cabo la excavación. Ahora solo queda acometer la segunda fase que consiste en la cobertura de la medianera aunque se ha topado con los recursos que han presentado los vecinos de la Llana de Afuera, 14. 

El proyecto ha tratado de evocar y explicar la disposición de la ciudad en la relación directa y próxima con su catedral, recuperando la definición del espacio original de la Llana de Afuera. En planta, las manzanas y las alineaciones originales se materializan mediante ligeros cambios de nivel y diversas bancadas situadas exactamente sobre las antiguas fachadas, generando dos plataformas de estancia que mediante el uso de una piedra gris diferencian el espacio privado ocupado anteriormente por los edificios respecto del espacio público de las antiguas calles que rodeaban el templo.

El proyecto ha tratado de evocar y explicar la disposición de la ciudad en la relación directa y próxima con su catedral, recuperando la definición del espacio original de la Llana de Afuera. En planta, las manzanas y las alineaciones originales se materializan mediante ligeros cambios de nivel y diversas bancadas situadas exactamente sobre las antiguas fachadas, generando dos plataformas de estancia que mediante el uso de una piedra gris diferencian el espacio privado ocupado anteriormente por los edificios respecto del espacio público de las antiguas calles que rodeaban el templo.

En la zona de más anchura de la Llana se ha generado un área de estancia en la que se incorpora mobiliario urbano, bancos y arbolado, además de la imprescindible isla de cinco contenedores soterrados para la recogida de residuos. 

A los pies del “retablo urbano” de Francisco de Colonia se ha incorporado en el pavimento lo que podríamos denominar una “picto-escultura”, obra de Alberto Bañuelos, trabajada sobre el propio pavimento de canto rodado pulido. Esta obra, denominada, “siguiendo una estrella”, según las propias palabras del autor “visualmente invita a recorrer los pasos marcados en el suelo, a imagen o representación del Camino, como un símbolo o rito a realizar por los peregrinos, o visitantes, en su paso por Burgos. La estrella a la que se dirigen los pasos, está realizada así mismo con un canto rodado de mayor tamaño deconstruido, que representa con la suma de sus partes esa meta o luz final”.

Por lo que se refiere a la intervención arqueológica, en la primera etapa de las obras se llevó a cabo la intervención arqueológica prevista en el proyecto, dirigida por la arqueóloga Fabiola Monzón, documentando los restos arqueológicos correspondientes con las antiguas  edificaciones existentes en el ámbito más próximo a la catedral y al paredón de Fernán González. Dicha intervención ha quedado descrita pormenorizadamente en el Informe Final redactado al efecto. Las principales estructuras documentadas han sido reflejadas en el pavimento final, en coherencia con la propuesta del proyecto de explicar en el nuevo espacio público la trama urbana que rodeaba la catedral.

En una visión general desde la cota superior de la calle Fernán González se puede advertir sutilmente el trazado de estos muros, consiguiendo una lectura clara que de modo sintético explica la complejidad del conjunto de las dos manzanas, y consecuentemente del resto de la trama urbana de esta zona de la ciudad. También se ha procedido al saneado del entorno directo de la catedral, eliminando la abundante humedad que había en el subsuelo, generando una cámara ventilada junto a los muros del templo, y conectando los distintos conductos de aguas pluviales a la nueva red de saneamiento, mejorando así de forma evidente las condiciones de conservación del monumento. En una visión general desde la cota superior de la calle Fernán González se puede advertir sutilmente el trazado de estos muros, consiguiendo una lectura clara que de modo sintético explica la complejidad del conjunto de las dos manzanas, y consecuentemente del resto de la trama urbana de esta zona de la ciudad. También se ha procedido al saneado del entorno directo de la catedral, eliminando la abundante humedad que había en el subsuelo, generando una cámara ventilada junto a los muros del templo, y conectando los distintos conductos de aguas pluviales a la nueva red de saneamiento, mejorando así de forma evidente las condiciones de conservación del monumento.