Ocho siglos dando luz

DB
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Las calles volvieron a llenarse de miles de personas que disfrutaron de las actividades de una Noche Blanca que tuvo una protagonista indiscutible: la Catedral, convertida en un lienzo de luz y color

Ocho siglos dando luz - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

Nadie pudo rivalizar con ella. Nadie.Nada. La protagonista indiscutible de la Noche Blanca fue la Catedral y el espectáculo de luz y color que los canteros de las nuevas tecnologías realizaron sobre el lienzo gótico de su fachada.Miles de burgaleses se admiraron anoche con la escenografía de videomaping, luces y sonido que bajo el título ‘Burgos, nombre de mujer’ convirtió al primer templo metropolitano en una fantástica pantalla en la que todo era posible, por donde desfilaron las figuras femeninas (Doña Berenguela, Beatriz de Suabia, Mencía, La Celestina, Isabel La Católica, Santa Teresa o doña Jimena, entre otras) que han escrito la historia de Burgos y toda una serie de fantásticos efectos de artificio luminoso y sonoro que hizo las delicias de los espectadores.

En su décima edición, y pese a que hizo una tarde noche más bien fría, las calles se llenaron de gente que quiso disfrutar de más de 150 actividades culturales. Además de la cita en la Catedral, el espectáculo de Grotesque congregó a numeroso público en la Plaza Mayor.Sus integrantes crearon una superficie hexagonal de pantallas led. La música y los audiovisuales se completaron con una intervención plástica y con la realización de varios murales. Otra cita exitosa fue ‘El jardín del viento’, la propuesta que la compañía Cal y Canto llevará después a Plovdiv (Bulgaria), Capital Europea de la Cultura 2019 y que es una intervención urbana basada en elementos aéreos inspirados en los jardines modernistas.

En música destacó el concierto participativo de la Federación Coral y Fetén Fetén en el Fórum Evolución. Las voces de un centenar de coralistas dieron vida al folk cantable y bailable del dúo formado por Diego Galaz y Jorge Arribas, que dio vida a las melodías con violín y acordeón, pero también con instrumentos insólitos, como una silla de playa o un serrucho. Otro de los ejes musicales de fusión fue la colaboración del Festival Tribu y AJO taller de arquitectura, en un espacio arquitectónico integrado con la naturaleza que incluyó un festival de música gratuito con las actuaciones de Mueveloreina, MOW y Marina Antih.