El apoyo de Aranda a la lucha contra el cáncer bate su récord

I.M.L. / Aranda
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La marcha organizada por la asamblea local de la AECC superó su cifra histórica de asistentes con más de 2.600 andarines para recaudar fondos para investigación

La finca Torremilanos sirvió de punto intermedio para la marcha, momento en el que comenzó a lucir el sol y el ritmo se asemejó al de un paseo. - Foto: I.M.L.

La respuesta de la población arandina supero los registros de la marcha a favor de la AECC. A pesar de no alcanzarse los tres mil participantes que la organización tenía marcado como listón a superar este año, la participación fue la mayor hasta ahora. «Estamos rozando por dos o tres los 2.600 dorsales, batimos récord y eso nos da mucho ánimo para seguir adelante», reconocía la presidenta de la asamblea local de la AECC, Eva Asensio, por lo que la recaudación, sin contar las donaciones y la venta de productos de la asociación, supera los 15.000 euros.

A lo largo de la semana previa se fueron vendiendo los dorsales, incluso algún participante más tardío se hizo con él minutos antes de comenzar la marcha. El día amaneció nublado y frío, pero «nada que no se pueda soportar con algo de abrigo, y mejor así para andar, que si no luego pasamos calor», comentaba tras la sesión de calentamiento uno de los participantes. Entre los ataviados con la camiseta verde que este año identificaba a la mayoría de los andarines, había gente de todas las edades y condiciones físicas. Desde los que se animaron a completar el recorrido corriendo hasta los que fueron en familia, perro incluido, grupos de amigos o ayudados por bastones los más entrados en años.

Entre la marea de participantes se repetían dos ideas principales para acudir a esta cita con la AECC. «Es ya como una tradición, nos juntamos para andar una mañana de domingo», explicaba Teresa rodeada de sus amigas, «mientras los maridos están en la cama nosotras hacemos ejercicio y nos lo pasamos bien juntas», puntualizaba Lourdes junto a ella. «Aquí está todo el mundo, es como un compromiso ineludible en el que Aranda demuestra otra vez su solidaridad», celebraba una de las voluntarias que esperaba la llegada de los andarines al punto de avituallamiento para atender sus necesidades de reponer líquidos y energías.

Junto a ese evento social en el que se ha convertido esta marcha, la vertiente solidaria tiene mucho peso. «Este año, todo lo que recaudemos se va a destinar a la investigación, porque queremos alcanzar en 2030 el 75% de supervivencia entre los diagnosticados», recordaba Asensio el destino de la venta de dorsales y las donaciones, porque mucha gente aportó más de los 6 euros de la inscripción. 

«Nunca sabes a quién le va a tocar, pero lo que hace esta asociación es fundamental para los enfermos y sus familias», resaltaba Rosario, otra de las asistentes. «Es muy duro recibir un diagnóstico de cáncer, pero cada vez es mayor la expectativa de vida y entre todos tenemos que apoyar a los que lo sufren y a los que luchan contra él», insistía Jaime, un padre de familia junto a su hijo que, con sólo 5 años, tenía claro por qué habían madrugado en una mañana de domingo: «No hay cole, pero tenemos que venir porque ayudaron al abuelo», decía muy serio Izan.

La marcha culminó en unas dos horas, con un cielo que se fue abriendo para recibir a los andarines con un sol a modo de sinónimo de esperanza en esta lucha contra el cáncer.