La entrevista tuvo lugar en la mañana de ayer, tras la primera noche en diez días en la que el alcalde asegura que ha podido dormir con tranquilidad desde que comenzaron los graves disturbios en la calle Vitoria y se desencadenó una importante crisis que ha traspasado fronteras. Confiesa que ha sido una semana muy dura y sostiene que tiene la conciencia tranquila respecto a los pasos dados. Descarta dimitir.
¿Cuál ha sido el momento más duro en toda esta crisis?
El que ha sido para toda la ciudad, cuando se producen una serie de actos violentos porque eso no se corresponde para nada con lo que es Burgos. Lo peor han sido los acontecimientos vandálicos y violentos que la ciudad no se merece.
¿Qué le llevó la noche del viernes a tirar la toalla seis horas después de mantenerse firme en el Pleno? ¿Qué cambió?
Algo muy sencillo. En el Pleno lo que se plantea fue lo contrario a lo que habían traído los grupos de la oposición. El planteamiento y las proposiciones que presentan esos partidos lo cambian sobre la marcha. Ninguna de las propuestas que traen se corresponde con lo que finalmente se somete a votación. Excepto la de IU, las del PSOE y UPyD se llegan a cambiar. Entonces, el mensaje era muy claro. Nosotros habíamos estado reunidos con la Plataforma y con los representantes de los vecinos y habíamos quedado para vernos de nuevo el lunes. Lo que se nos traslada después es que no querían negociar nada. El PSOE, que había pedido que se crease esa mesa de diálogo, lo rechaza finalmente y dice que no se sientan. Además, se hace un llamamiento a algaradas callejeras por parte de algunos miembros del Partido Socialista. Era un punto muerto. Todo eso unido al mensaje que nos trasladaron por enésima vez las empresas de que no podían continuar en estas circunstancias. Ante esa tesitura, no tenía ningún sentido seguir. Reunimos al grupo municipal después de comer y tomamos la decisión porque hay una imposibilidad física y material.
Ha dicho algo muy grave, que el PSOE hizo un llamamiento a las algaradas callejeras.
Repase el Pleno. Esas son las declaraciones de un concejal del PSOE, el señor Fernández Santos, al final de la sesión, cuando nos responsabiliza de las algaradas callejeras que se produjeran este fin de semana. No fueron capaces de condenar la violencia, votaron en contra en el Pleno.
¿Cree entonces que los grupos de la oposición han alentado a los violentos?
Bueno... Mi primera respuesta sería pensar que no, pero me quedo con un elemento muy grave. Ayer (por el viernes) el PSOE e IU no quisieron condenar los actos vandálicos en el Pleno votando a favor de la proposición tan sencilla que presentábamos... Me parece muy grave que dos partidos democráticos no voten a favor bajo el argumento de que ya lo habían dicho antes, porque donde hay que decirlo es en el ámbito institucional. Eso difícilmente lo puede entender nadie, y mucha gente nos subraya que fue un auténtico escándalo.
La renuncia definitiva, ¿fue una decisión personal o impuesta desde fuera, por ejemplo desde Génova?
Génova en ningún momento nos ha trasladado ninguna indicación. En ningún momento, ni ayer, ni el miércoles ni el lunes.
¿Y tampoco de apoyo?
Todos los contactos que hemos tenido han sido con la dirección regional del partido, que ha mostrado un cariño y un respaldo extraordinario. En ningún momento ha habido indicaciones sobre los pasos a dar, ni de forma directa ni indirecta.
Se ha dicho que ha habido presiones por miedo a que esta mecha se extienda por España.
Lo puedo decir más alto pero no más claro. Absolutamente de nadie. Y lo entiendo como normal porque quien tiene que tomar las decisiones, quien mejor conoce la situación, no es una persona que está en Madrid sino los que estamos en las ciudades. Ha habido absoluta autonomía, algo que agradezco.
¿Qué ha fallado en la gestión de este conflicto?
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