El deporte no entiende de tiempos a la hora de impartir justicia. Bien lo sabe Joaquín Barceló. El lateral argentino aterrizó el pasado verano en calidad de cedido desde Benidorm en el Tubos Aranda, pero una grave lesión en el tobillo no le dejó disputar partido alguno en toda la temporada. Un proceso tan duro a nivel físico como en el aspecto mental que conlleva la propia inactividad.
Ahora, tras casi un año de espera, Joaquín Barceló puede decir abiertamente que ya es uno más durante las sesiones con sus compañeros. "Estoy volviendo poco a poco. No juego desde hace bastante, pero ya estoy para entrenar", confiesta el albiceleste. No obstante, prefiere olvidar el pasado y llevar la fortaleza mental adquirida al 40x20. "Fue un proceso duro. El problema de la lesión a veces era incierto, pero ahora estoy bien y no quiero pensar en ello". La vuelta del jugador estaba prevista para enero, aunque las malas sensaciones terminaron alargando la recuperación hasta final de temporada.
Un Síndrome de Haglund en su tobillo derecho (unido a una rotura parcial del tendón de Aquiles), una operación y casi un año de recuperación, obligaron a Barceló a cambiar su hábitat natural durante el fin de semana. El sudor de la pista se cambiaron por los nervios de las butacas. "Desde la grada ya no aguantaba más. La afición de Aranda es única y quería vivirlo", recuerda. Prueba de ello es su gran deseo en el aspecto personal para esta temporada: volver a competir al máximo nivel. "Ha sido una larga espera, lo único que quiero es jugar ya".
A pesar de firmar un año en blanco, la apuesta del Tubos Aranda por el argentino es firme. Por ello, no dudó en adquirirlo en propiedad y firmar un contrato que unía a ambas partes hasta verano de 2024. Un gesto que el argentino agradece. "Estoy feliz porque puedo volver a jugar. Y más en este equipo, que me abrió las puertas el año pasado y supieron bancarme con la operación". Su polivalencia para ocupar el lateral y extremo derecho le convierten en una pieza muy útil en los planes del técnico Mariano Ortega, otro de sus grandes valedores en este tiempo.
Respecto al equipo que se ha conformado, asegura un sentimiento de "buena vibra" y no encuentra motivo alguno para "estar entre los equipos de arriba". Precisamente esta lucha por el ascenso augura una División de Honor Plata más competida que nunca tanto por nivel de escuadras como por la recuperación del nuevo formato regular. Modificación que gusta y mucho al propio Barceló. "La liga ahora es más justa. El año pasado había partidos que no te valía de nada ganar o perder. Es más difícil, pero es más justo", confiesa.
Con la pretemporada ya iniciada y el tobillo totalmente sanado, Joaquín Barceló quiere devolver la confianza depositada en él. Su buen currículum tanto dentro como fuera de España le avalan, por lo que el espectáculo estará garantizado en el Santiago Manguán. Ya sea desde el extremo o desde el lateral.