"Al ser humano le encanta ver a la gente sufrir"

Magdalena Tsanis (EFE)
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La cuarta y última temporada de la ficción estadounidense 'Succesion', ganadora de 13 premios Emmy y cinco Globos de Oro, sigue dominada por el gran magnate de la comunicación, un patriarca de mano de hierro que no delega en sus descendientes

Brian Cox, en su visita a España. - Foto: Kiko Huesca (EFE)

Ha sido el tío de William Wallace en Braveheart (1995), el rey Agamenón en Troya (2004) e incluso el primer Hannibal Lecter del cine, pero el papel de Logan Roy, el implacable patriarca de la serie Succession, es el que ha hecho célebre al actor escocés Brian Cox a sus 76 años. 

«Es curioso porque siempre me he visto como un comediante, pero he acabado haciendo esto otro», declaró durante su visita a Madrid para promocionar la recién estrenada cuarta y última temporada de la serie sobre los Roy, la disfuncional familia de un magnate de los medios de comunicación creada por Jesse Armstrong para la plataforma HBO Max. 

Ganadora de 13 premios Emmy y cinco Globos de Oro, el final de Succession es uno de los estrenos más esperados de la temporada y mostrará a los hermanos Roy limar sus diferencias para enfrentarse juntos a su temible padre. 

Cox pasó unos días en la capital de España, donde tuvo la ocasión de visitar el Museo del Prado -sus bromas sobre el cuadro de Goya Saturno devorando a sus hijos se hicieron virales- y de presentar en un coloquio en la Academia de Cine el primer capítulo de esta esperada última entrega.

Debutó como actor de cine en España haciendo de Trotsky en el drama histórico sobre la revolución Rusa Nicolás y Alejandra (1971). ¿Qué recuerdos guarda?

Era la época de Franco y se respiraba tensión en el ambiente. También los extraordinarios apartamentos donde nos alojamos (...) y tengo presente la tremenda quietud del primer día de rodaje, con Freddie Young como director de fotografía. Volví a Madrid muchos años después, en 1987, para hacer Tito Andrónico en un festival de teatro, fue un gran éxito.

¿Qué le trasmitiría usted hoy a aquel joven que empezaba su carrera en el mundo del celuloide?

Le diría: «Te va a ir bien, ten paciencia y no pierdas de vista lo que quieres». Creo que he tenido una suerte enorme. Cuando miro atrás, la variedad de mi trabajo es increíble, yo mismo me sorprendo. De joven todo el mundo me decía que el éxito me llegaría cuando fuera más mayor y maduro, pero no imaginaba tener que esperar hasta los setenta y pico, (sonríe).

¿Considera al personaje de Logan Roy su mayor éxito?

Es el papel que me ha despojado del anonimato. Antes en el pasillo un tipo me ha abordado diciendo que me parecía a Logan Roy. Le he dicho: «Soy Logan Roy» y ha contestado: «Dios mío, eres muy atractivo». La verdad es que nunca en mi vida me habían dicho eso.

Se ha de sentir poderoso en su piel.

Sí, antes no pensaba que fuera bueno pero ahora sí, la gente se siente intimidada y está bien porque mantienen una distancia respetuosa.

¿Cuál cree que ha sido la clave del éxito de la serie?

Está en la tradición de series como Dallas, Dinastía o Los Soprano, y al mismo tiempo habla de nuestra época, sobre gente como Elon Musk, Richard Branson, Rupert Murdoch o el horrible Donald Trump. Es una sátira social y también tiene algo de lucha de gladiadores, al ser humano le encanta eso, ver a la gente sufrir.

Casi siempre ha interpretado a personajes de carácter fuerte o villanos. ¿Considera que eso da más estatus como actor?

Se suele decir que el diablo tiene los mejores tonos -una frase hecha- y algo de eso es verdad, pero tampoco es que yo esté siempre de acuerdo con lo que cree la gente. Difiero con lo que la gente piensa de Logan, es un incomprendido, un tipo solitario y marginado que solo quiere encontrar a un sucesor entre sus hijos, pero cada uno de ellos falla miserablemente.

Usted se formó en el teatro clásico y ha protagonizado muchas producciones del Royal National Theater y la Royal Shakespeare Company. ¿Ha sido útil esa experiencia a la hora de afrontar este personaje?

Sin duda, cuando tienes experiencia en los clásicos sabes reconocer las grandes obras y creo que Jesse Armstrong y su equipo lo han conseguido en esta serie.

También ha hecho comedias disparatadas como Super Troopers (2001), aunque sea menos conocida esa faceta suya.

Mis héroes de niño eran Jerry Lewis y Dean Martin, juntos eran brillantes. Spencer Tracy también me encanta, con Katherine Hepburn tiene grandes momentos. Siempre me he visto como comediante pero he acabado haciendo esto otro. Super Troopers, donde di vida al Capitán John O'Hagan, me encanta, quiero hacer más películas como esa.

¿Qué proyectos tiene ahora?

Vuelvo al teatro y se supone que voy a dirigir mi primer filme este verano en Escocia. Es una historia sobre una destilería familiar, dos hermanos que llevan tiempo sin verse, yo hago del mayor y dirijo. Estamos buscando al actor principal. En septiembre/octubre haré de Bach en una producción para el Royal Theater de Bath y en enero del año que viene Largo viaje hacia la noche, de Eugene O'Neill, una obra que siempre he querido hacer. 

Estoy nervioso con la vuelta al escenario porque ahora me cuesta aprender el texto. Pero dicen que cuando tienes miedo al león lo que tienes que hacer es abrir su boca y meter la cabeza dentro.