Para sobrevivir entre Sonorama y Sonorama

DB
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Las hordas de sonorámicos regresaron ayer a sus lugares de origen pero se llevan en la memoria las imágenes que ha dejado el 25 aniversario del festival para aguantar hasta el próximo año

Plaza del Trigo a rebosar. - Foto: Alberto Rodrigo

Las hordas de sonorámicos que durante cinco días han disfrutado del festival ribereño en Aranda de Duero regresaron ayer a sus lugares de origen pero se llevan en la memoria las imágenes que ha dejado el 25 aniversario de Sonorama para aguantar hasta la próxima edición.

C. Tangana comprobó que su arte deslumbró a los sonorámicos. 35.000, se dice pronto, todo un hito en la historia del festival.

C. Tangana. / Alberto Rodrigo

El escenario Charco Diario de Burgos, con sus acentos hispanos y otras lenguas, fue el oasis con sombra. Escenario Charco de Diario de Burgos. / Alberto Rodrigo

Javier Ajenjo, director del festival, no faltó a sus anuncios del concierto sorpresa, con vendajes y todo.

Javier Ajenjo, director de Sonorama. / Alberto Rodrigo

Brazos en alto y a voz en grito es el estado natural del público en Sonorama Ribera.   Público entregado en el Sonorama. / Alberto Rodrigo

Que C. Tangana levanta pasiones está más que demostrado, y esta chica no pudo evitar el llanto desde la primera fila.

Los artistas levantan pasiones entre el público. / Alberto Rodrigo

Descripción gráfica de todo lo que despierta una mañana en la Plaza del Trigo. A rebosar la Plaza del Trigo. / Alberto Rodrigo

Algunos guardan fuerzas para hacer acrobacias en una calle aledaña a la Plaza del Trigo.

Espectáculo en las calles de Aranda de Duero. / Alberto Rodrigo

Kitai, fuera de cartel, 'boicoteó' esta edición como si fueran músicos callejeros.  Kitai, en el centro de Aranda. / I.M.L.