Ignacio Camarero

Dibujos de Ciudad

Ignacio Camarero


Súper Alicia

03/09/2023

Alicia tiene seis años. Debiera estar contenta. Tal vez. Empieza primero de primaria. Pero está asustada. Su madre ha salido un momento de casa, esta semana. ¡Vuelvo enseguida, Alicia! ¡Voy al colegio a por tus libros...! Y ha regresado, créanlo, con veintitrés. La cifra, desde luego, es de Guinness.

Hace falta mucha visión de mercado para conseguir convertir nuestro sistema educativo en un nicho de negocio. Pero hagan cuentas. Veintitrés libros a quince euros: cuatrocientos de Vellón. Otros tantos para los otros tantos de su hermano, Nicolás. Más los veinte de los dos estuches. Sesenta, para el par de mochilas. Más de lo mismo para el calzado. Ciento sesenta a mayores, si las criaturas gastan uniforme. Bolígrafos. Carpetas. Churrigaitas varias. Y gomas de borrar. ¡Enhorabuena, señor Sánchez, don Pedro...! ¡Otra vez la vuelta al colegio más cara de Europa...!

Pelotazos aparte, lo inequívocamente delirante es la discalculia que padece nuestro sistema educativo. Cuento veintitrés libros. Asignaturas: Lengua, Sociales, Matemáticas, Religión, Inglés, Lectura, Naturales, Ortografía, Plástica, sólo me salen ocho. También sumo las horas presenciales con las que se sostiene el calendario escolar de nuestros niños. Ciento ochenta días. Y calculo el número total de las páginas que juntan las veintitrés publicaciones con las que tendrá que empatizar Alicia durante este año. Mil seiscientas noventa y cinco. Así, que está claro. Las matemáticas no engañan. Súper Alicia deberá asimilar diez páginas cada día de clase si quiere aprovechar al máximo la rentabilidad de la inversión obligada de sus padres.

Todavía atónito, a continuación, abro su texto de Inglés. Súper Alicia apenas ha aprendido a hacerlo en castellano, pero su prosa escolar le va a exigir una comprensión lectora del idioma de Shakespeare, con mantras como responsible compsuption and production, o, natural and manufactured materials. Así que, pobrecita mía, permítanme que le dedique este mimo.

¡No te preocupes, Súper...! Cuando seas mayor, te lo prometo, tu primero de primaria será muchísimo menos complicado. ¿Se imaginan veintitrés libros en primero de universidad? ¡Ja, ja, ja...! Ni los catedráticos...