Juan Maiques

Plaza Mayor

Juan Maiques


Equidistancia y polarización

28/09/2023

Hace ya unos cuantos años que algunos analistas políticos, de esos a los que los hooligan suelen despreciar al tildarlos de equidistantes, llevan denunciando la llamada 'futbolización' de la política. Un término con el que se viene a describir cómo la polarización ideológica lleva a perder las formas, insultar al adversario, tratar de ridiculizarlo y en el que todo, absolutamente todo, lo que haga el rival es merecedor de escarnio público. Una posición, por cierto, perfectamente compatible con el hecho de que hasta la mayor fechoría de los propios encuentra siempre justificación.

Lejos de ponerse en valor el pensamiento y el criterio propio, uno no se libra de la cacería de los extremos y perfectamente puede ser tildado, casi al mismo tiempo, de facha y de proetarra. Es cierto que en algunas cuestiones no vale la equidistancia ni la ambigüedad ya que lo que deben imponerse son los principios y valores. Sin embargo, suele ser habitual que quien da lecciones no tienen problemas en cambiar de criterio cuando de lo que se trata es de salvar su propio pellejo y conservar sus privilegios.

Cuando asistimos estos días a la ya muy rebautizada investidura fallida de Feijóo, lo que intuimos es que en el backstage de los partidos se trabaja, por lo que pudiera pasar, pensando en las siglas del partido en lugar de en el interés general. Prueba de ello es la manifestación del domingo, que el PSOE ponga a un marrullero a debatir con el candidato a la presidencia, que en Sumar se peleen por la formación que debe hablar en el debate o que Junts y ERC o el PNV y Bildu aprovechen el escenario del congreso para hacer campaña para las autonómicas que se avecinan en Cataluña y el País Vasco. Si alguien tenía dudas, les importamos un bledo. Eso sí, nos enfrentan a diario.