A Roberto Martín 'Jarocho', padre, se le escucha bajito desde el otro lado del teléfono. Con voz serena pero apenas un susurro. La razón es poderosa. Su hijo, que ha heredado su oficio y su apodo en los ruedos, duerme tranquilo a esa hora en una cama del hospital vallisoletano de Medina del Campo tras sufrir una grave cogida en la plaza de toros de Pedrajas de San Esteban. «La verdad es que nos asustamos muchísimo. Estuvo mucho tiempo colgado del pitón», relata. Por suerte, lo peor del duro percance ya ha pasado. Y quizá también por eso, porque la intervención quirúrgica ha salido bien, las palabras del padre empiezan a reflejar cierto sosiego.
El joven novillero evoluciona favorablemente de una cornada de tres trayectorias en el muslo derecho. La más dura sufrida en su corta carrera sobre el albero. Ha pasado la noche del domingo sin fiebre, pero con bastantes molestias en la cadera, lo que le ha impedido dormir bien. «La cornada ha sido bastante fuerte, le ha metido el pitón por la ingle con una trayectoria bastante grande de 30 centímetros que le llega hasta la rodilla, tiene otra hacia abajo de 15, y otra hacia la cadera de 10», describe. A pesar de la amplia extensión de la herida, el veterano banderillero burgalés explica que no hay afectados vasos ni venas importantes.
Jarocho hijo se había quedado en solitario con la novillada debido a la cogida que también sufrió su compañero de cartel, Marcos del Rincón, en un mano a mano en el que se lidiaron novillos de Buenavista. Así lo narra su padre: «Ha sido una pena porque estaba echando una tarde sensacional. Se había quedado él solo con la novillada y el cuarto que lo estaba cuajando también muy bien, cuando intentaba sacarlo a los medios, pues al final se le ha quedado por debajo y le ha metido el pitón derecho por la zona de la ingle». Durante unos angustiosos segundos fue zarandeado en el aire y quedó colgando del asta del animal hasta que cayó sobre el ruedo, donde fue recogido por los miembros de su cuadrilla.
Dos horas de operación. Rápidamente fue trasladado a la enfermería, donde fue estabilizado por el equipo médico del coso, pero al ver que la cornada podía afectar severamente la femoral, se optó por su traslado en UVI móvil al hospital de Medina del Campo para ser operado de urgencia. La intervención se prolongó durante más de dos horas. «Dentro de lo que puso pasar, ha tenido suerte», explica su padre desde el centro médico.
Jarocho había protagonizado hasta el momento del percance una importante gesta en solitario, cortando un total de cuatro orejas tras dejar constancia de su temple, mando y valor, lo que garantizaba una merecida puerta grande. Pero después de la cogida de novillero de Huerta de Rey, el festejo tuvo que ser suspendido al no haber sobresaliente que diera muerte al último de la tarde.
La familia ha pedido el traslado del joven al HUBU para continuar más cerca de casa la recuperación. Roberto padre explica que ya ha podido hablar un poquito con su hijo y que está bien y tranquilo. «Él sabe de la dureza de la profesión y aunque esta ha sido la cornada más grave, está sereno», dice.