De referente monacal a ruina

I.P.
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Los restos del monasterio de San Cristóbal en San Millán de Juarros entran en la Lista Roja de Hispania Nostra

Actualmente apenas quedan en pie parte de los muros que pertenecieron a la cabecera románica del templo y algún resto de otras estancias del convento. - Foto: Valdivielso

Enclavado en terreno de San Millán de Juarros y junto a la confluencia de los ríos Cueva y Salgüero, el monasterio de San Cristóbal fue uno de los referentes del monacato medieval de Castilla y estuvo relacionado con miembros de la nobleza. Su origen constructivo se remonta al siglo XII y hay documentos que le vinculan al cortejo fúnebre del Cid Campeador.

Pero la historia no solo le relaciona con el héroe burgalés, también con otros acontecimientos y personajes de la Edad Media; así, en este cenobio, habitado por monjes premonstracenses, fueron depositados los pendones aragoneses arrebatados en la batalla de Calahorra y fue lugar de sepultura de destacados influyentes de su época, como Alvar Díaz, Gutierre Fernández de Castro o García Martínez de Lerma. Por otra parte, albergó una escuela de filosofía y fue protagonista de polémicos litigios con otros monasterios.

La historia más reciente sitúa en el monasterio a las tropas napoleónicas, que en 1808 arrasaron el templo -de tres naves rematadas en cabecera de triple ábside-, y ya a mediados del siglo XIX, tras la desamortización de Mendizábal la comunidad religiosa se distribuyó por otras sedes y el monasterio se abandonó definitivamente, comenzando su declive y hundimiento hasta acabar en ruinas. 

Hoy apenas quedan en pie parte de los muros que pertenecieron a la cabecera románica del templo y parte de las paredes de algunas estancias del monasterio. También se conservan algunos muros que delimitaban el recinto conventual junto con otros restos. 

La situación de vulnerabilidad de esos muros, entre los que ha crecido la vegetación adueñándose del mismo, pone a las ruinas en riesgo de colapso y a merced de actos vandálicos, a juicio de Hispania Nostra, que acaba de incluirlo en su Lista Roja, engordando así una larga relación de bienes patrimoniales a punto de desaparecer.

La propiedad de esos restos y del conjunto monacal corresponde a la junta vecinal de San Millán de Juarros, dependiente del Ayuntamiento de Ibeas de Juarros, mientras que otra parte es privada. Esta se corresponde con terrenos de cultivo que tras la desamortización fueron adquiriendo agricultores del entorno y que actualmente se siguen sembrando y están en concentración parcelaria. Además, el propio cementerio del pueblo se levantó en suelo del monasterio, según explica la alcaldesa pedánea Laura García, que en todo caso al contrario de lo que explica Hispania Nostra, afirma que las ruinas no han sido ni son objeto de actos de vandalismo, «ni están para caerse», añade.

En el pasado, como suele suceder en este tipo de inmuebles que se van hundiendo, sus piedras fueron desapareciendo y es muy probable que se utilizaran en la construcción de viviendas no solo del pueblo sino de otros del entorno, aventura el alcalde de Ibeas, José Ignacio Colina. Ambos regidores reconocen que desconocían la inclusión de las ruinas en la Lista Roja, «porque apenas son cuatro muros y siempre los hemos conocido así, con la hiedra», dicen, lo que no implica que no sean conscientes de que esos restos albergaron un monasterio y que lamenten que haya desaparecido, y con ello un recurso patrimonial parte de la historia del pueblo.

«Estaría bien que hubiéramos podido enseñarle a los visitantes». La regidora recuerda que en su día hubo interés por parte de una persona, que contactó con la junta de Juarros, para investigar y publicar un libro, pero finalmente el proyecto no culminó.