Las horas extra en los buses afectan a casi toda la plantilla

J.M. / Burgos
-

Más de un centenar de trabajadores han ampliado su jornada en los dos últimos meses. El déficit de personal, un problema estructural, cuesta a Burgos por esta vía 182.000 euros al año

El gasto en horas extraordinarias se ha multiplicado por siete desde el año 2017. - Foto: Alberto Rodrigo

La realización de horas extraordinarias por parte de los conductores de autobuses del Servicio Municipalizado de Movilidad y Transportes (Smyt) se ha convertido ya en un problema estructural cada vez más difícil de corregir. Si en 2016 o en 2017, según los datos de las liquidaciones de aquellos ejercicios, el Ayuntamiento pagaba por este concepto entre 21.000 y 24.000 euros al año, en las cuentas de este año se recoge que es necesario disponer de una partida de 182.520 euros para hacer frente a este tipo de gasto. En tan habitual se ha convertido que los trabajadores tengan que prolongar su jornada semanal por encima de lo establecido que solo en los meses de octubre y noviembre (tomados solo como un ejemplo) más de un centenar de empleados tuvieron que realizar horas extra. Y la gran mayoría de ellos, además, hicieran doblete.

Recientemente, la Concejalía de Personal ha firmado una resolución en la que se recoge que solo en el mes de noviembre el Smyt aprobó la realización de casi 550 horas extraordinarias por parte de trabajadores del servicio. La factura por ese exceso de jornada se elevó en casi 14.700 euros, en cumplimiento de lo estipulado en el convenio colectivo. 

El secretario general de la Federación de Servicios a la Ciudadanía (FSC) de CCOO, Marcos Citores, defiende que la cifra tan elevada de horas extraordinarias en el Smyt «obedece a una clara falta de personal» en el servicio.

El problema trasciende del hecho de que los trabajadores tengan que prolongar su jornada laboral o de que el Ayuntamiento tenga que pagar mes tras mes una abultada factura por ello.

Este déficit de plantilla lo que provoca es que sea muy difícil poner en marcha cualquier tipo de mejora en el servicio con una plantilla que, a juzgar por la realización de horas extraordinarias con carácter habitual, está más que ajustada. Es decir, si el equipo de Gobierno se plantea, por ejemplo, mejorar las frecuencias de determinadas líneas, reforzar el servicio de autobuses a la estación de tren Rosa Manzano o crear una nueva línea se encuentra con que no dispone de los medios humanos necesarios para hacerlo. En las cuentas de este 2024, que se han aprobado de manera inicial, no se recoge una partida específica para la contratación de nuevos conductores. Eso sí, el Ejecutivo municipal tiene en mente habilitarla en la modificación presupuestaria que se confía en tener lista la próxima primavera.

Por lo que se sabe hasta la fecha, la idea del Smyt pasa por contratar a cuatro nuevos conductores. Pero parece que el objetivo es que esos refuerzos sirvan para introducir mejoras en las líneas. Dicho de otra manera, todo apunta a que esas incorporaciones no persiguen una reducción drástica de las horas extraordinarias. Más que nada porque las prioridades son otras y ese gasto no molesta.

Inyección económica. En cuanto a la realización de las horas extraordinarias puede darse el caso de que haya conductores que no quieran realizarlas y otros que convivan encantados con esta nueva realidad que hace ya algún que otro año que se ha instalado y que permite obtener unos ingresos más elevados.

La situación más habitual es que un trabajador realice entre ocho y nueve horas extraordinarias al mes. Eso se traduce en que en la nómina del mes siguiente se recoge una remuneración por este concepto por encima de los 200 euros.

La tarifa de la hora extraordinaria se cifra en casi 27 euros y existe el caso de algún trabajador que ha llegado a realizar 21 horas en un mismo mes por las que el Ayuntamiento asume un desembolso de casi 570 euros.