María Jesús Jabato

Señales de vida

María Jesús Jabato


Éramos pocos...

07/04/2023

Éramos pocos y parió la abuela, o sea, queremos decir, la concejala Carpintero, que se ha sacado del magín dos nuevos gigantes y cuatro cabezudos que se añadirán a la tropa de burgaleses de cartón piedra; los que ya se gestan son, a saber, Diego Rodríguez Porcelos y su mujer, que no es bueno que el conde esté solo, el Papamoscas y su inseparable Martinillo, la Flora y un cachidiablo, siendo la paternidad de tales criaturas del simpar Cristino. La concejala pretende, según ha dicho, «dejar un legado a la ciudad», aunque la ciudad preferiría que, en vez de muñecos, los socialistas dejaran infraestructuras y transportes, léase Corredor Atlántico, Villafría y tren directo, por ejemplo, pero según parece el único tren que son capaces de gestionar en Burgos es el turístico, que, por cierto, pierde aceite y deja un reguero de grasa en el pavimento de su estación de salida, en el corazón del centro histórico. Bien, señores y señoras; bien. No tenemos pan, pero tenemos circo en abundancia, un gigantillo, una gigantilla, seis gigantes, seis gigantas y cuatro cabezudos, previstos estos para mochar a diestro y siniestro y sin ton ni son.

Y decimos sin ton ni son, porque salvo el cachidiablo -aquí capidiablo según Anselmo Salvá- estos kilikis de nuevo cuño poco o nada tienen que ver con los que hubo en Burgos, que no eran cabezudos, sino cabezudas, se llamaban gigantillas, y ponían tanto empeño en las mochadas que eran su oficio y razón de ser, que acababan cada año con la cabeza hecha pedazos. Cucurrucucú, muchachillas,/que os cogen las gigantillas,/ os cogen a la descuidada/ y os darán una fuerte mochada. Así se cantaba en la Plaza Mayor hace un siglo. El Tarascón o la Tarasca, el Capidiablo y demás esperpentos y adefesios espantaniños, que eran la misma fealdad, representaban el mal, vencido por Jesús sacramentado el día de Corpus Christi. Historia aparte, aunque no se debe dejar aparte a historia en estas cuestiones, el asunto de hoy es, en fin, que la concejala Carpintero ha entendido el mensaje bíblico que invita a crecer y multiplicarse. y va a darnos media docena de gigantes y cabezudos para que  nos embistan al descuido. Ya solo nos faltaba esto. Sálvese quien pueda.

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